La discusión de la legalización de 800.000 “dreamers” ha llegado a un punto álgido en el que reina la incertidumbre tanto en el congreso como en organizaciones comunitarias a nivel nacional y la comunidad estadounidense que observa la “pelea” del presidente Trump contra cualquier propuesta que no incluya su muro fronterizo con México.

El ruido que imprime la Casa Blanca, el compromiso republicano de discutir la propuesta para los jóvenes “soñadores”, y la dispersión del Partido Demócrata para sacar un real compromiso antes de  asegurar votos por el presupuesto son algunas de las condiciones que dos dirigentes y activistas pro inmigrantes en Washington DC, ven como preocupantes  de cara a la revisión legislativa del Proyecto de Ley sobre los llamados “dreamers”.

Mientras se debate en los Estados Unidos el destino de los jóvenes que se encuentran en riesgo de perder los beneficios del DACA y, asimismo, lograr un acuerdo migratorio en ambas cámaras legislativas, cientos de migrantes procedentes de varios países de Centroamérica siguen tratando de llegar a Estados Unidos de manera indocumentada.

El demócrata David García busca ser el segundo latino en gobernar Arizona, y pese a las políticas anti-inmigrantes que se viven en el estado republicano, aseguró que abogará por una educación bilingüe en las escuelas públicas, por el bienestar de los inmigrantes y apoyará a los “soñadores” en su lucha por ser reconocidos como parte de Estados Unidos.

Martínez concluyó recientemente, junto a un grupo de diputados salvadoreños, una gira por el país norteamericano en la que se reunió con más de 15 congresistas y diferentes líderes de la sociedad civil para gestionar una alternativa a los compatriotas amparados al Estatus de Protección Temporal (TPS)

Cuando murió “El Apá”, un hombre que tras ser deportado cayó en el alcoholismo, sus restos estaban abandonados e iba a ser sepultado en una fosa común en Tijuana, México, excepto porque en el último momento otro hombre deportado, sin identificar, consiguió que le dieran una sepultura digna. Esta historia forma parte de un proyecto con el que la Universidad de California en Davis (UCD) y el Colegio de la Frontera Norte (Colef) de México tratan de “humanizar la deportación”.