Panorama nacional a los 100 días de la presidencia de Trump

TrumpPresidente de Estados Unidos, Donald Trump. Foto Gage Skidmore

Con los más bajos índices de popularidad para un presidente en sus primeros 100 días de gobierno, Donald Trump enfrenta un amplio rechazo a sus políticas internas y una grave situación que va escalando hacia un conflicto bélico a nivel internacional, según reconocidos analistas.

El 29 de abril, justo el día que marca la fecha de sus primeros 100 días de gobierno, decidió dar otro mensaje de rechazo a los medios de comunicación al boicotear la invitación a la tradicional cena anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca y en su lugar asistir a una manifestación de respaldo de sus seguidores en Harrisburg, Pennsylvania. Se informó que ningún funcionario de la Casa Blanca atendería a la cena en “solidaridad” con el presidente.

Una encuesta de The Washington Post y ABC News, señala que el 53% de los norteamericanos rechazan sus acciones frente a un 43% de aprobación.

La forma particular de Trump de hacer su campaña a la presidencia autocalificándose como “políticamente incorrecto”, estilo que conserva ya en la Casa Blanca, ha hecho que gran parte de la población y especialmente la inmigrante, lo vea como una persona no apta para gobernar mientras quienes lo siguen lo califican como genuino y definitivamente anti-político.

Inmigración.com seleccionó algunos comentarios de analistas y escritores políticos para ‘pulsar’ lo que piensan en materia de inmigración y temas relacionados de los primeros 100 días de gobierno del magnate inmobiliario que hoy es el presidente de Estados Unidos.

Guillermo Descalzi en el Nuevo Herald describe los cien días de Trump como “cuatro gatos en un panorama de desolación”. Explica el periodista y escritor que “Los cuatro gatos son: La aprobación de su gabinete, el nombramiento de un juez a la Corte Suprema, la derogación del Tratado Trans-Pacífico y la desregulación de la industria y el comercio. La desolación: Que la presidencia ha perdido lo más importante que pudo haber tenido, su credibilidad”.

“Todos acomodamos la verdad pero Trump lo hace en una categoría toda suya. Un análisis de Politifact señala que 70% de lo que dice es mentira, 26% verdad a medias y solo 4% es cierto. Esto tiene una explicación psicológica y otra táctica. La psicológica es que se trata de un mitómano que desconoce la línea de demarcación entre sus deseos y la realidad. La táctica es que miente para confundir, algo poco probable porque es un hombre de impulsos y no de tácticas.

En cuanto a la cuasi crisis del presupuesto, dice Descalzi que “La piedra en el camino la puso Trump exigiendo dinero para su muro a la vez que quiere una reforma tributaria con recortes de impuestos, reduciendo el ingreso federal, y exige volver a tratar la reforma médica, tres imposibles en un Congreso que ha demostrado no poder hacer dos cosas a la vez, mucho menos tres.

Se sigue, mientras tanto, arrestando y deportando indocumentados sin record criminal. “Todos”, dice Jeff Sessions, el procurador general, están sujetos a deportación.

Sessions ha exigido compromiso de cooperación a nueve localidades que o deciden trabajar con ‘la migra’ o se enfrentan a perder sus subsidios federales”.

Maribel Hastings, asesora ejecutiva de America’s Voice, describe estos 100 días como los de una invariable agenda anti-inmigrante.

“Sin contemplaciones y sin tener historial delictivo, Maribel Trujillo Díaz fue deportada a su natal México, dejando atrás un esposo, cuatro hijos ciudadanos estadounidenses, un trabajo y una vida establecida en Ohio.

Al gobierno de Donald J. Trump que la deportó poco le importó que los dos senadores federales de Ohio, el demócrata Sherrod Brown, y el republicano Rob Portman, así como el gobernador del estado, el republicano John Kasich, indicaran que Maribel no debería ser prioridad de deportación. Tampoco hizo mella la intervención de la Iglesia Católica, ni el hecho de que la menor de los hijos de Maribel sufra de convulsiones y necesite de los cuidados de su mamá.

En los primeros 100 días del gobierno de Trump si algo queda claro es que su política antinmigrante es quizá lo único que ha permanecido estable. De momento Trump no hace realidad una de sus promesas de campaña, revocar la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), e incluso le indicó a la Associated Press que los Dreamers pueden estar tranquilos; esto, a pesar de que algunos han sido detenidos y otro, Juan Manuel Montes, fue deportado a México en un caso bastante confuso.

En este lapso, Trump presentó, aunque no ha podido implementarlo, el veto temporal a ciudadanos de seis países mayormente musulmanes y el freno temporal a refugiados. El caso está pendiente en las cortes.

El famoso muro que prometió construir en la frontera con México se inyectó en el debate presupuestario. Trump quiere que como parte del proyecto de gastos se incluyan mil 400 millones de dólares de enganche para iniciar la construcción del muro que México asegura que no pagará.

El Secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), John Kelly, dijo en CNN que Trump “insistirá en el financiamiento del muro”. Lo interesante es que tanto republicanos como demócratas del Congreso consideran que el mentado muro es innecesario considerando, entre otras cosas, que los cruces de personas sin documentos se han reducido aproximadamente en un 40% durante los primeros dos meses del año en curso. The Wall Street Journal informó que ocho senadores y nueve congresistas de estados fronterizos se oponen a entregar ese dinero para iniciar la construcción del muro.

El Secretario de Justicia, Jeff Sessions, exsenador de Alabama que cobró notoriedad por sus posturas antinmigrantes, también anunció medidas que endurecen la política migratoria y criminalizan aún más a los indocumentados, incluyendo convertir en delito grave el reingreso a Estados Unidos sin documentos.

Kelly insistió en CNN que sólo se enfocan en delincuentes. Buscan, dijo, “hombres y mujeres malos y lo hacemos de forma efectiva”.

Pero lo más emblemático de estos primeros 100 días de la presidencia de Trump en materia migratoria es que a todos los indocumentados se les mide con la misma vara. Da lo mismo un pandillero que una madre sin historial delictivo.

Si los primeros 100 días son indicativos de lo que está por venir en materia migratoria, hay que prepararse para los mil 360 días que le restan a Trump en la presidencia”.

La agencia de noticias EFE destaca las demandas que el gobierno de Trump afronta por motivos migratorios. En su análisis de los primeros 100 días de esta administración, resalta que “desde que el presidente Donald Trump llegó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, las demandas por temas migratorios en cortes federales ascendieron a 763, un notable incremento en relación a periodos anteriores, según un reciente  informe.

De acuerdo a cifras dadas a conocer por el centro Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), de la Universidad de Syracuse, de Nueva York, el total de las demandas fue de 763.

Solo en marzo pasado, las reclamaciones judiciales por este tema en cortes federales llegaron a las 318, lo que supone un aumento del 5,6 % en comparación con febrero, del 40,5 % en relación al mismo periodo de 2016 y más del doble a los niveles registrados hace 5 años.

El 47 % de estos litigios fueron presentados por personas detenidas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en busca de su liberación o evitar su deportación y el 33 % para que el Gobierno federal tomase una decisión sobre un visado o una solicitud migratoria, indica TRAC.

Cuatro de cada diez nuevas demandas se presentaron en tres cortes federales, todas ellas situadas en la zona metropolitana de Nueva York: Brooklyn (136), Nueva Jersey (90) y Manhattan (77).

Trump hizo de la aplicación de las leyes migratorias una de sus prioridades desde que llegó al poder y mantiene sus promesas electorales de deportar a los más de 11 millones de indocumentados que se calcula viven en el país”.

La agencia de noticias AP, consideró que la política migratoria de Trump afecta seriamente al sector agropecuario, especialmente en las cosechas donde hace falta personal capacitado y con una fuerte ética laboral para producir desde hortalizas, frutas y legumbres hasta vinos. 

“La línea dura de Trump hacia los inmigrantes que no están autorizados a residir en el país provoca escalofríos a la industria agrícola, que teme quedarse sin la mano de obra necesaria para plantar, atender y recoger las cosechas de los productos que alimentan a la nación.

Los productores de frutas y vegetales, los ganaderos y los dueños de viveros y de viñedos están empezando a presionar a los políticos para que aborden el tema de la inmigración ilegal de forma tal que no afecte sus industrias.

Algunos de los líderes de este movimiento son republicanos que votaron por Trump y que enfrentan un dilema, pues están a favor de que se refuerce la seguridad de la frontera pero al mismo tiempo no tienen nada en contra de trabajadores sin papeles que no son delincuentes peligrosos.

La agricultura emplea un porcentaje de inmigrantes sin papeles más alto que otras industrias, según el centro de estudios Pew.

Los inmigrantes sin permiso de residencia representan el 46% de los casi 800.000 trabajadores del campo, según un análisis que hizo la AP de información de los departamentos del Trabajo y de Agricultura.

Un incremento en las deportaciones podría tener “importantes repercusiones económicas”, indicó un estudio del 2012 del Departamento de Agricultura. Si la mano de obra no autorizada se redujese en un 40%, por ejemplo, mermaría en más de un 4% la producción de vegetales, de acuerdo con el estudio.

La Federación de Departamentos Agrícolas (American Farm Bureau Federation) dice que un severo control de la inmigración haría que los precios de los alimentos suban un 5% o 6% por una merma en la oferta y por el aumento en los costos laborales que ello conllevaría.

Agentes del ICE han arrestado a cientos de inmigrantes desde la llegada de Trump al gobierno, aunque no está claro si esto representa un cambio en relación con lo sucedido bajo el gobierno de Obama.

Los trabajadores agrícolas están en la mira. En el estado de Nueva York fueron detenidos peones de plantaciones de manzanas y en Oregon sucedió lo mismo con guatemaltecos que trabajaban en viveros”.