Una mujer indocumentada fue liberada de un centro de detención de ICE junto a sus dos hijos luego de que intentó quitarse la vida a principio de mes. Sin embargo su hermana y su hijo recién nacido continúan detenidos.
Samira Hakimi, una ciudadana de Afganistán llevaba seis meses en la Centro Residencial del Condado de Karnes en Texas junto a sus dos hijos. La familia había sido detenida después de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.
Este controvertido caso es para los defensores de los inmigrantes una muestra más de como familias enteras pidiendo asilo político en EEUU tiene que pasar por prolongadas detenciones.
“Nos dijeron que solo estaríamos acá por unos cuantos días” dijo Hakimi al HuffPost. “Nunca pensé que fueramos a estar encarcelados por tanto tiempo. Estoy detenida porque soy de Afganistan. Sin embargo soy un ser humano”.
La detención de Hakimi y sus dos hijos iba en contra de un fallo de 2015 del juez de distrito, Dolly Gee que exige a las autoridades de inmigración liberar a familias indocumentadas luego de tres semanas tras la rejas. Garantizando el entorno menos hostil para los menores de edad.
En Afganistán la mujer y su familia habían montado una escuela secundaria así como una pequeña universidad con planes de estudio occidentales impartidos tanto en inglés como en Dari. La universidad privada reservaba más de la mitad de sus becas para mujeres afganas, razón por la cual se convirtieron rápidamente en el blanco de los talibanes.
Desde el 2014 la familia se enfrentó a repetidas amenazas de muerte. Cuando la situación se volvió incontrolable decidieron dejarlo todo y huir rumbo a EEUU. La mujer viajó junto a su esposo, sus dos hijos, su cuñado y su hermana que en ese entonces esperaba un bebé.
Al cruzar suelo americano por Texas y pedir el asilo los hombres fueron separados y enviados a otro centros de detención para inmigrantes, donde aun hoy permanecen. Hakimi y sus dos hijos, así como su hermana y su bebé recién nacido fueron enviados al Centro de Detención del Sur de Texas en la ciudad de Dilley. Posteriormente fueron trasladados al Centro Residencial del Condado de Karnes a las afueras de San Antonio.
Las dos mujeres pasaron la entrevista de “temor creíble”, el primer paso para la solicitud de asilo. Aunque en la mayoría de los casos ICE libera a las familias que pasan la entrevista hasta que les aprueban o no el asilo, la agencia de inmigración les negó ese beneficio encarcelándolos indefinidamente.
A medida que los meses fueron pasando, Hakimi fue perdiendo la esperanza y de paso la cabeza. “Aquí, nadie habla con nosotros”, dijo en ese entonces la mujer al HuffPost. “ICE no nos da razón por la que estamos detenidos. Nunca pensé que iba a ser detenido aquí por mucho tiempo “.
Tanto fue la desesperación de la mujer que hace un mes intentó quitarse la vida, pues pensaba que si moría sus dos hijos tendrían que ser liberados. Afortunadamente para ella fracasó en sus intentos.
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