SAN DIEGO, CAL.- Un mexicano que fue soldado estadounidense y luego deportado en el año 2002 podrá regresar indultado a su casa en el área de Los Ángeles antes de que llegue navidad, informó el lunes 18 de diciembre una organización de San Diego que peleó su caso.
Marco Chávez llegó a California en compañía de sus padres cuando era un bebé, tenía residencia legal permanente en el país y a los 19 años de edad se reclutó en las fuerzas armadas.
Cuando salió del ejército, al término de su contrato como infante de marina, vivió nuevamente en Los Ángeles, pero en la década de los años noventa fue acusado de maltrato animal y encontrado culpable. Cuando salió de purgar su sentencia en el 2002 fue deportado a Tijuana.
Sin embargo, este año el gobernador Jerry Brown otorgó el perdón a Chávez y a otros dos soldados deportados del estado de California.
Como la falta de Chávez fue de índole estatal y no federal, cuando el gobernador le otorgó el perdón, eliminó la razón por la que había sido deportado.
Luego de ese indulto del gobernador de California, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y otras organizaciones defendieron a Chávez en una corte federal que también le concedió el indulto.
Como resultado, el militar puede regresar a California en su calidad de residente legal permanente.
La ACLU adelantó que el regreso será antes de navidad, sin especificar una fecha.
Nathan Fletcher, presidente de la Coalición Honorablemente Licenciada, la organización que gestionó el perdón del gobernador Brown, dijo en comentarios escritos que:
“Nadie que estuviera dispuesto a morir por este país debería ser deportado: en un momento en que el debate sobre la inmigración en Estados Unidos parece tan oscuro, la histórica victoria legal y regreso a casa de Marco Chávez es un rayo de luz y esperanza”.
Los familiares de Chávez inicialmente se mudaron a Tijuana, incluida su esposa estadounidense que no hablaba español. Sin embargo, con el tiempo regresaron a Estados Unidos y radicaron en el estado de Iowa.
En declaraciones a reporteros, Chávez dijo sentirse impaciente por regresar con los suyos a Estados Unidos después de 15 años de estar fuera.
“Hace quince años mi vida se vino abajo cuando fui deportado a México, un país que dejé cuando era un bebé”, dijo Chávez.
“Me perdí la infancia y adolescencia de mis tres hijos y ahora tengo dos nietos que todavía no conozco”, comentó.
Declaró visiblemente emocionado que “con la restauración de mi estado legal, siento que me devolvieron mi vida”.