Redes de tráfico humano hacia EE.UU. se han diversificado según expertos

Woodrow Wilson Center expertos… Mas alla de los coyotes…1Expertos invitados por el Centro Woodrow Wilson en Washington DC expusieron sobre las cambiantes dinámicas en el contrabando de humanos por la frontera sur de Estados Unidos, donde la figura del "coyote" ha cambiado con la sofistificación de las redes de tráfico que ponen cada vez en mayor riesgo a los migrantes centro y sudamericanos que intentan llegar de manera ilegal a la potencia del norte. Foto Inmigración.com / Tomas Guevara

WASHINGTON, DC.- La figura del “coyote”, persona que poseía las credenciales en los países centro y sudamericanos de conocedor de las rutas para llegar a Estados Unidos de manera exitosa, y por tanto confiable, se ha ido esfumando en un entramado que cada día se vuelve más complejo en las migraciones irregulares hacia la potencia del norte.

Para entender qué está sucediendo en la frontera sur de Estados Unidos con el tráfico humano desde una óptica abierta, un grupo de expertos invitados al prestigioso centro de análisis Woodrow Wilson en Washington DC, expusieron algunas tesis de sus estudios de campo bajo el título: “Más allá de los “coyotes”: tendencias actuales en la facilitación de la migración irregular en América Latina.

En la mesa estuvo la experta Victoria Stone Cadena, directora asociada del Centro de estudios latinos para América Latina y el Caribe del Centro de Graduados, de Nueva York, que expuso su investigación “Coyotismo en las Américas: los mitos de la movilidad”.

A pesar de la retórica y mayor presión en el tema migratorio desde la Casa Blanca, el flujo de migrantes por la frontera sur con México no parece diezmar. Datos de la Patrulla de Fronteras de Estados Unidos revelan que las detenciones van en aumento. Foto Guardias de Fronteras / Cortesía US Border Patrol media center.

También participó Gabriella Sánchez, investigadora del Centro de Políticas Migratorias,  del Instituto Universitario Europeo, quien expuso a la audiencia sobre “Cuidado, protección y soporte durante el tráfico de viajeros centroamericanos y mexicanos en el corredor hacia la frontera de Estados Unidos”.

Por su parte el profesor Sheldon Zhang de la Escuela de Criminología y Estudios de Justicia de la Universidad de Massachussets, centró su ponencia sobre “El tráfico de migrantes y las cooperación con otros mercados de ilícitos a lo largo de la frontera sur”. El panel fue moderado por Eric Olson, director adjunto para América Latina del Centro Woodrow Wilson.

Para el director asociado Olson, es importante entablar estos diálogos que ofrecen luces sobre las tendencias actuales del contrabando y su organización, los roles cambiantes de los migrantes en el mercado y los riesgos criminales adicionales que muchos de ellos enfrentan durante el viaje a Estados Unidos.

En cada una de los tópicos de los estudios, los expertos coinciden en los cambios que ha experimentado la figura del “coyote”, otrora guía calificado para el viaje de principio al final de la ruta.

Para la académica Stone Cadena, las redes de contrabando se han especializado a partir de los cambios surgidos en 2001, luego de los atentados terroristas en el país, y por el mayor control para la seguridad nacional puesto en práctica en Estados Unidos, pero también porque el “coyote” ha pasado a ser parte de una cadena de producción de resultados sin estar envuelto de principio a fin como en décadas pasadas.

Para los contrabandistas de seres humanos, el tráfico de drogas y otros ilícitos, se han constituido en una variante que genera mayores ganancias a las del pasado. Los métodos que utilizan son de igual forma tan variados como peligrosos. Foto Guardias de Fronteras / Cortesía US Border Patrol media center.

Para Gabriella Sánchez, la situación es compleja porque los migrantes son el eslabón más vulnerable en la ruta, al estar a merced de traficantes; esta es una de las mayores preocupaciones, por lo que se debe enfocar las prioridades en su protección, reconoce.

Y el profesor Sheldon Zhang, cree a partir de sus estudios de campo con seguimiento de casos, que hay suficientes evidencias de que las redes de tráfico humano han montado todo un entramado que les permite utilizar a los migrantes como piezas de intercambio en el mercado de ilícitos, y que las pandillas y los carteles de la droga han pasado cada vez a tener un rol más protagónico.

Los expertos coincidieron que a partir de sus entrevistas con migrantes se puede demostrar que esta tesis tiene validez. Durante los últimos años ha ido en aumento el número de personas que en la recta final del camino son obligadas a transitar con ilícitos, drogas, de uno a otro lado de la frontera como parte de la “garantía para su seguridad” impuesta por la red al final del viaje.

Luego de las ponencias y ante de la rueda de preguntas y respuestas, Louise Shelley, directora del Centro para estudios de terrorismo, crimen transnacional y corrupción, de la Universidad George Mason, de Virginia, hizo los comentarios sobre los tópicos de las ponencias.

Los investigadores han enfocado el fenómeno en sus variables, utilizando también información oficial de los gobiernos especialmente de Estados Unidos y de México, sin enfocarse en los números.

No obstante, datos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos indican que el tráfico humano por el lado sur del país no ha diezmado, incluso  con la presión y retórica que surte desde el gobierno federal y del mismo Donald Trump como cabeza del ejecutivo.

Solo en marzo de este 2018, las patrullas retuvieron un total de 37 mil, 393 migrantes que intentaban cruzar el paso en la frontera sur de Estados Unidos, según datos del gobierno; esto muestra un incremento en las retenciones si se comparan los número con reciente cuando detuvieron a 26 mil 662 y en enero fueron retenidos 25 mil 978 migrantes.

El año fiscal 2017 cerró con un total de 303 mil 916 migrantes retenidos a lo largo de la frontera sur, según estadísticas de esta agencia federal, datos inferiores a los 408 mil 870, del último año de gestión del ex presidente Barack Obama, que en el penúltimo año de su presidencia se tocó un pico de 479 mil 371 retenciones de inmigrantes irregulares.