La recia agenda de Donald Trump con el fin de restringir todo tipo de inmigración a los Estados Unidos parece no perder su impulso.
Si bien ya es normal que el presidente Trump arremeta contra indocumentados, inmigrantes buscando asilo al igual que extranjeros con protecciones migratorias, no deja de alarmar su interés de castigar a inmigrantes legales en EE.UU., aquellos con “Green Card” al igual que a sus cónyuges e hijos estadounidenses.
El Washington Post informó del persistente interés del gobierno de Donald Trump de reclasificar un gran número de inmigrantes legales que reciben una variedad devoluciones de impuestos y otros beneficios, incluidos los relacionados con la salud y programas de alimentos, considerándolos como de carga pública. En primer lugar se les negarían las “Green Card” como residentes permanentes legales o se les prohibiría ingresar al país si se consideraba” probable “que necesitaran dicha asistencia.
El proyecto de la administración, un producto del Departamento de Seguridad Nacional y que ahora espera la aprobación preliminar de la Oficina de Administración y Presupuesto, tendría efectos radicales para el sistema migratorio de EE.UU.
Este plan del gobierno Trump cubriría no solo los beneficios otorgados a los inmigrantes legales actuales sino también a sus cónyuges e hijos ciudadanos estadounidenses. Por ejemplo, si un niño nacido en Estados Unidos recibe subsidios de Medicaid o del seguro de salud, eso podría ser motivo para descalificar a su padre de recibir una “Green Card”.
Según informa el diario capitalino la versión más reciente del plan deja confusa la posibilidad de deportar a inmigrantes legales cuya ofensa sería haber recibido beneficios. El objetivo parece estar puesto en bloquear el flujo de futuros inmigrantes considerados “probables” de ser una “carga pública” al recibir beneficios del gobierno.
En el plan de la administración Trump, los inmigrantes de clase trabajadora serían castigados si reclamaran prácticamente cualquier beneficio para el cual califiquen, incluso el crédito tributario por ingreso del trabajo, que es utilizado por millones de trabajadores estadounidenses y cuyo efecto es promover el empleo.
El impacto sería particularmente devastador para personas y familias con niños que hoy usan cualquiera de los diversos beneficios de salud y alimentación a pesar de que estos inmigrantes pagan miles de millones de dólares en impuestos acumulado enormes beneficios para EE.UU.
De hecho, las cifras del gobierno, según informa el Washington Post, muestran que los inmigrantes legales no son más propensos que los estadounidenses a reclamar beneficios públicos.