PHOENIX, AZ.– Hace un año Guadalupe García de Rayos se convirtió en una de las primeras inmigrantes deportadas bajo la administración de Donald Trump, por lo que su familia y activistas se reunieron el lunes 5 de febrero para demandar un “alto” a las deportaciones masivas que separan familias.
“Hace un año deportaron a Guadalupe, por eso destacamos la urgencia de parar las deportaciones que se han disparado con esta nueva administración, porque para Trump todos los inmigrantes son criminales”, dijo a Inmigracion.com María Castro, organizadora comunitaria de “Puente” en Arizona.
Aclaró que no únicamente es importante luchar contra la ola de deportaciones, sino alzar la voz para parar el abuso policiaco y su relación con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
“Debemos de estar atentos al comportamiento de la policía en nuestras localidades, ya que el abuso policiaco, el racismo que existe en nuestro gobierno, es la razón por la que mucha gente entra al sistema de inmigración y por eso debemos de seguir luchando”, destacó.
Cerca de cincuenta manifestantes encabezados por la organización Puente se reunieron el lunes a las afueras del edificio ICE en Phoenix (Arizona), para recordar la dura lucha contra las políticas antinmigrantes de la actual administración.
“Este es el momento de acabar con el racismo, de unirnos todos, los políticos tienen las riendas para cambiar lo que han estado haciendo y unirse a la lucha, ver por nuestras familias y poder defendernos de Trump”, dijo Carlos García, director de “Puente”.
La deportación de García de Rayos atrajo la atención nacional, debido que fue una de las primeras deportaciones bajo las nuevas políticas migratorias del presidente Trump.
A pesar de ser madre de dos ciudadanos estadounidenses, de permanecer en el país durante más de 20 años y de cumplir con sus impuestos, García de Rayos fue separada de su familia por el delito de utilizar documentos migratorios que no le correspondían.
Arón, esposo de García de Rayos, así como sus hijos Jacqueline de 15 años y Ángel de 17 años, hablaron de la dura realidad que viven tras la separación familiar y cómo las políticas de Trump han impactado sus vidas.
“Ha sido muy difícil para nosotros, nuestra vida ha cambiado mucho, la rutina cambió, llegar a casa y saber que (ella) ya no está con nosotros es triste. Ahora tengo dos trabajos para poder sacar adelante a mis hijos, no me da tiempo de compartir más con ellos por las largas jornada laborales”, indicó Arón a Inmigracion.com.
Mencionó que pese a la adversidad que enfrentan él y sus hijos, existe una esperanza para reunificar a la familia en el futuro.
“Estamos mirando todas las opciones que existen legalmente, su caso está en Corte, y estamos conscientes que la familia tiene que estar unida”, destacó.
Mientras que para Ángel, quien quiere ser administrador en un futuro, la deportación de su madre ha sido una experiencia difícil de asimilar.
“Ya no cuento con esa persona a quien recurrir cuando tengo un problema, tengo a mi padre, pero para un hijo la madre es indispensable”, expresó.
Ese mismo dolor, aseguró, es el que le ha permitido seguir luchando para ayudar a otros inmigrantes que afrontan una situación similar a la de su familia.
“Siempre he apoyado a los inmigrantes, pero desde que le sucedió esto a mi madre lo hago con más fuerza”, resaltó. “Quiero ayudar a las personas que están pasando por lo mismo, por lo pronto les digo que sean fuertes, que nunca pierdan la fe y que hay que seguir luchando’.
En 2008 García de Rayos fue detenida por inmigración en un parque acuático en Arizona donde trabajaba, fue arrestada cuando se le descubrió con un número falso de seguro social, durante una redada dirigida por el ex alguacil del condado de Maricopa, Joe Arpaio.
Después de pasar varios meses detenida, en el 2013 se ordenó su deportación a México acusada de robo de identidad. Después de apelar la orden de deportación se le permitió permanecer en Estados Unidos bajo la condición de que se presentara cada año en la oficina de ICE para una breve revisión de su caso. En la última revisión rutinaria, en febrero del 2017, fue deportada bajo las nuevas políticas de la administración republicana.
Para María Cruz Ramírez, el caso de su amiga García de Rayos la pone a pensar sobre su actual situación, ya que es indocumentada y madre de tres hijos, de los que aseguró, siente un gran temor separarse.
“Yo la acompañé cuando vino a las oficinas de inmigración, y pensamos que por tener hijos ciudadanos, no tener récord criminal, la iban a dejar ir, pero no fue así y yo como madre solo puedo decir que es el dolor más grande que te separen de tus hijos”, sostuvo.