EDINBURG, TX.- El cuerpo del mexicano Rubén Ramírez Cárdenas, ejecutado la noche del miércoles 8 por las autoridades de Texas, fue sepultado durante las primeras horas de la mañana del sábado 11 en el panteón de esta localidad tras permanecer en una funeraria desde el jueves anterior.

De acuerdo con información proporcionada por un vocero de la funeraria Ceballos-Díaz de Edinburg, que no había revelado los detalles del funeral por petición familiar, el cuerpo de Ramírez fue trasladado a las siete de la mañana a la Iglesia del Sagrado Corazón de esta ciudad, donde se llevó a cabo una misa de cuerpo presente. Posteriormente fue sepultado en el cementerio local en una ceremonia privada con la presencia de familiares y un grupo de amigos cercanos de la familia.

Ramírez Cárdenas, quien tenía 47 años de edad y era originario de Irapuato, Guanajuato, fue ejecutado por las autoridades carcelarias de Texas mediante inyección letal la noche del miércoles 8 en la cámara de la muerte de la Unidad Carcelaria Walls, en la ciudad de Huntsville, al noroeste de Houston.

Ramírez recibió la pena capital por el secuestro, violación y homicidio de su prima hermana Mayra Azucena Laguna, de 16 años de edad, en hechos ocurridos el 22 de febrero de 1997, en Edinburg, lo cual fue negado por el inculpado hasta el último momento de su vida.

El condenado no emitió una última declaración momentos antes de morir. En vez de ello, entregó una nota escrita a mano a las autoridades carcelarias para que se distribuyera a la prensa.

En esa declaración el guanajuatense insistió en manifestar su inocencia señalando: “No lo haré y no puedo pedir disculpas por el crimen de alguien más, pero, regresaré por justicia. Ustedes pueden contar con eso”.

Ramírez Cárdenas es el undécimo mexicano ejecutado en Estados Unidos desde 1976, cuando se restableció la aplicación de la pena capital en este país.

Su ejecución procedió a pesar de los esfuerzos promovidos por la Secretaría de Relaciones de México para frenar la aplicación de la sentencia, que se llevó a cabo unas horas después de lo programado.