En medio de sentimientos encontrados, la comunidad inmigrante de Estados Unidos lamentó que la administración de Donald Trump haya dado la espalda a los padres de los Dreamers que podrán ser arrestados y deportados mientras sus hijos, que se han acogido al programa de acción diferida conocido como DACA, podrán seguir en el país pero sin la certeza de una solución definitiva a largo plazo.
En una decisión polémica, que impactará en miles de familias, la presidencia de Donald Trump decidió mantener sin cambios el DACA, un programa creado por su predecesor Barack Obama que protege de una posible deportación a casi 800 mil inmigrantes jóvenes, pese a que el presidente había prometido eliminarlo.
El anuncio de continuar el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, conocido como DACA, fue decidido con sigilo el jueves por la noche.
La decisión fue anotada en la parte inferior de una declaración del gobierno en la que anunció el final del DAPA, el otro programa de inmigración de la era Obama.
Ese programa, que buscaba proteger de la deportación a los inmigrantes que fueran padres de ciudadanos estadounidenses o de residentes legales, nunca fue implementado por Obama.
A pesar de sus promesas de la campaña para eliminar el DACA, Trump ha expresado repetidamente cierta empatía con los beneficiados por el programa, a los que se les conoce como “dreamers”.
Durante una entrevista con The Associated Press en abril, Trump dijo que su gobierno “no está detrás de los dreamers. Estamos detrás de los criminales” y que “los dreamers deben descansar tranquilos”.
Muchos de los dreamers llegaron a Estados Unidos como niños pequeños y tienen poco recuerdo de los países donde nacieron. El programa no les da estatus de residencia, pero los protege temporalmente de la deportación y les permite trabajar legalmente.
En cuanto al otro plan, el llamado Programa de Acción Diferida para Padres de jóvenes inmigrantes (DAPA por sus iniciales en inglés), el secretario de Seguridad Nacional John Kelly revocó formalmente el jueves el memo que lo creó, con lo que cumplió una promesa de campaña de Trump.
El DAPA fue anunciado por el gobierno de Obama en noviembre de 2014, pero nunca entró en vigor. Tenía la intención de mantener a salvo a los padres inmigrantes y proveerles de permisos renovables de trabajo por dos años, pero fue bloqueado por un juez federal de Texas después de que 26 estados impugnaron su legalidad en un tribunal federal.
Los republicanos denunciaron el plan como una “amnistía clandestina” y arguyeron que Obama sobrepasó su autoridad al proteger a un tipo específico de inmigrantes que vive ilegalmente en Estados Unidos.
Nada más confirmar la revocación del programa conocido como DAPA, que pondrá a miles de padres de Dreamers en la mira de los agentes de Inmigración y Aduanas (ICE), diversas organizaciones defensoras de la causa migrante manifestaron su rechazo:
“Es una lástima que, en lugar de apoyar lo que ha sido una opción exitosa, práctica y compasiva para abordar la inmigración indocumentada en Estados Unidos, el Presidente Trump y el Secretario de Seguridad Nacional (DHS), John Kelly hayan decidido dar la espalda a las familias inmigrantes”, aseguró Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición en Defensa de los Derechos de los Inmigrantes en California (CHIRLA).
Durante su campaña, Trump también prometió “cancelar” inmediatamente el programa DACA. Sin embargo, hasta ahora, la mayoría de los inmigrantes que cuentan con esa protección no han sido blanco de los esfuerzos incrementados por encontrar y deportar a los inmigrantes que residen ilegalmente en el país.
Hasta el 31 de marzo, unos 787.000 jóvenes inmigrantes han sido aprobados para el programa DACA, según datos gubernamentales.
El programa de protección a padres, al igual que el de jóvenes inmigrantes, fue creado con un memorándum de política durante el gobierno de Obama, no por una legislación.
Nota completa en http://jornada.com.mx