Luego de que el presidente Donald Trump firmar su orden ejecutiva contra inmigrantes, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) comenzó a implementar varias estrategias, una de ellas a través de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por su siglas en inglés), a fin de cumplir los objetivos planteados por el mandatario, pero sobre todo para empatar su discurso sobre la criminalización de los indocumentados.
Documento obtenidos por alumnos de la Escuela de Derecho de la Universidad Vanderbilt y compartidos con el portal The Intercept, revelan la “trama” que “La Migra” implementó para justificar sus primeras redadas, al afirmar que eran un asunto de “seguridad nacional”.
Lo que se descubrió en las versiones públicas del intercambio de correos electrónicos entre funcionarios de ICE es que no había una justificación para armar redadas y “detener a decenas de personas que no tenían un pasado criminal”, indica el artículo que incluye los documentos. “En febrero 10… el director ejecutivo de ICE en Washington mandó una orden URGENTE a los jefes de las distintas agencias” de deportación (ERO).
La orden era que las agencias destacaran en sus reportes los tres casos “más atroces” de inmigrantes detenidos, pero incluso que si alguna de las oficinas no tenía una sola persona detenida con esas características, entonces que tomara información de otra oficina.
“Por favor, redacte un libro blanco que incluya los tres casos más atroces”, escribió en el correo electrónico el jefe de personal interino de las Operaciones de Deportación (ERO). “Si una oficina tiene sólo un caso atroz, entonces incluya uno de otra ciudad”.
El gobierno del presidente Trump ha defendido las redadas desatadas desde febrero como una acción de seguridad nacional y cada que libera información sobre detenidos, destaca los casos de criminales “de mayor impacto”, aunque un alto porcentaje de los capturados son personas que manejan bajo influencia de alguna sustancia (DUI).
Al menos así ocurrió en la última redada nacional, donde se detuvo a 498 personas, 86 de las cuales fue por DUI y, ya muy lejos de ese número, estaban personas capturadas por asalto, 14; el tráfico de drogas, 13; violencia doméstica, 12;, y ofensa con arma, 11.
En los correos de The Intercept también revelan que algunos agentes reconocieron que “estuvieron cortos” en su objetivo de capturar “sólo criminales”, como la Administración Trump ha presumido.
“Fracasamos en esta tarea”, escribió el agente, quien recibió la respuesta de su superiores indicando que debería enfocarse en compilar los casos más atroces de acuerdo a las directrices. “Tan pronto como usted llegue, su única tarea hoy será la compilación de tres casos notorios para el reporte”, escribió un director adjunto de la oficina de campo de Austin, a lo que el agente respondió que al menos ya tenían a un nuevo detenido. “(Ellos) detuvieron a un criminal hace unos minutos, así que cuente con él como primer caso atroz”.