CHICAGO, IL.- Dos indocumentadas que han vivido en Ohio durante años, madres de hijos ciudadanos gravemente enfermos, se han convertido en las caras visibles de la nueva política del Gobierno de acelerar las deportaciones, sin importar antecedentes o circunstancias.
Verónica Dahlberg, directora del grupo de apoyo a los inmigrantes HOLA de Ohio, informó hoy sobre la deportación de la mexicana Fabiola Hernández, madre de tres niñas ciudadanas, quien fue enviada en el martes por la noche a Nuevo Laredo.
Una de las niñas, de seis años, tiene parálisis cerebral, pero esto no fue tenido en cuenta cuando la madre fue detenida el 5 de este mes durante una visita de rutina a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).
Hernández, de 25 años, llegó indocumentada hace 10 años a la ciudad de Norwalk (Ohio), donde estudió y formó una familia, informó la abogada.
En 2011 fue detenida por un incidente menor y desde entonces recibió autorizaciones temporales de residencia por ser la encargada del cuidado de su hija Yasmin, de seis años, que solamente puede movilizarse en una silla de ruedas.
Hernández estuvo detenida en la cárcel del Condado Geauga, de donde fue llevada este martes a la frontera con México y deportada.
“Habíamos pedido una semana más de plazo, para intentar algún recurso legal, pero dijeron no y aceleraron la deportación de una mujer que no era una amenaza para nadie”, dijo Dahlberg a medios locales.
Lynn Tramonte, directora de America’s Voice en Ohio, declaró hoy a Efe que la decisión del Gobierno de eliminar las prioridades que existían para las deportaciones tiene “un impacto profundo y dramático” sobre las familias inmigrantes.
“Cuántos niños de Ohio tienen que ser separados de sus padres para que reaccionemos, y le digamos a esta administración que deje de usar de esta manera el dinero de los contribuyentes “, agregó.
Tramonte mencionó otro caso en el estado, el de la marroquí Fatiha Elgharib, madre de cuatro hijos, dos de ellos ciudadanos, quien puede ser deportada en Navidad.
Elgharib, quien vive desde hace 21 años en un suburbio de la ciudad de Dayton, tiene a su cargo a su hijo Sami, de 15 años, quien nació con el síndrome de Down y otros problemas médicos serios.
Activistas y organizaciones defensoras de los inmigrantes han realizado una intensa campaña para evitar su deportación, que podría ocurrir el 24 de diciembre, según los plazos manejados por Inmigración.
“Es impensable que Sami pueda mudarse a Marruecos con su madre y tener allí la misma vida que en los Estados Unidos”, porque no contaría con los médicos y terapias que necesita, dijo Tramonte.
La hija mayor de Elgharib, Sara Hamadi, denunció a Efe que “han salido a cazar a todo el mundo” y afirmó que su madre es una víctima del “juego de la espera”.
“Nadie promete nada, pero tampoco decide nada, es solo esperar y rezar”, expresó.