Tras varios días de álgido debate, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes aprobó el miércoles 24 una medida que criminaliza a los inmigrantes indocumentados y declara la guerra a ciudades “santuario”, que augura más pugnas partidistas en el Congreso.
La legislación “H.R.2431”, propuesta por el legislador republicano de Idaho, Raúl Labrador, fue aprobada con 19 votos a favor y 13 en contra, después de tres días de debate y en medio de fuertes pugnas entre demócratas y republicanos.
Entre otros elementos, la iniciativa: criminaliza la presencia ilegal en EE.UU.; suspende fondos a ciudades y jurisdicciones “santuario” que no colaboran con el arresto de indocumentados, y aumenta el escrutinio de solicitantes de visas, incluyendo la revisión de sus cuentas sociales.
También autoriza a policías locales y estatales a hacer las veces de agentes de Inmigración; permite la deportación expedita de “extranjeros terroristas”, y prohíbe la ciudadanía o suspensión de la deportación a cualquier inmigrante “deportable” que sea una amenaza para la seguridad nacional.
La medida además autoriza la contratación de 12,500 agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) que, según esta medida, podrán portar armas de fuego y chalecos blindados.
Para convertirse en ley, la medida tiene que ser aprobada en el pleno de la Cámara Baja y en el Senado, donde afronta una fuerte oposición demócrata.
En un comunicado conjunto, tanto Labrador como el presidente del Comité, Bob Goodlatte, celebraron la aprobación de la medida, al considerar que ésta es un paso “necesario” para resguardar la seguridad nacional y modernizar el sistema de Inmigración.
“Necesitamos dar a las autoridades policiales en todos los niveles las herramientas y recursos que necesitan para mantener a EE.UU. seguro… aunque se requieren otras reformas migratorias, mi proyecto de ley es vital para una corrección a largo plazo”, dijo Labrador.
Por su parte, Goodlatte, afirmó que para prevenir la inmigración ilegal a futuro es necesario hacer cumplir las leyes, y señaló que, aunque la mayoría de los inmigrantes indocumentados viene a EEUU en busca de una mejor vida para ellos y su familia, “hay demasiados que cometen crímenes”.
La medida también se conoce como el “Acta Davis-Oliver”, por los policías Michael Davis y Danny Oliver, presuntamente asesinados por inmigrantes indocumentados en California en octubre de 2014.
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