CHARLOTTE, NC.- Bajo consignas “We defend DACA”, “Sin papeles, sin miedo” y “Estamos aquí para quedarnos”, unas 500 personas alzaron sus voces para enviar un mensaje claro al gobierno de Donald Trump: “no nos vamos a quedar de brazos cruzados”.
La decisión del gobierno de Donald Trump de finalizar el programa que amparaba de la deportación a unos 800.000 jóvenes en el país, despertó el ímpetu de los soñadores que en su momento realizaron activismo en Carolina del Norte para conseguir un alivio a su condición migratoria.
Para Elver Barrios, pionero de los “soñadores” en Charlotte, el anuncio fue la llamada final para volver a la lucha, luego de haber dedicado un año al cuidado de su recién formada familia.
“Esta noticia es un llamado a la solidaridad y a seguir trabajando para cuidar los beneficios migratorios que hemos ganado y presionar con más fuerza hasta conseguir una reforma migratoria integral”, dijo.
En 2010, con apenas 19 años, Barrios vio desvanecer sus sueños tras el fracaso en el senado del DREAM Act. “Recuerdo la frustración y el coraje que sentí ese día y cómo eso me dio la fuerza para seguir gestionando algún tipo de alivio para nosotros. Por eso el anuncio del fiscal Sessions (cancelación de DACA) me ha regresado a las calles, porque hay que seguir luchando por nosotros mismos, no podemos esperar a que alguien más lo haga”, agregó Barrios.
Luego de graduarse de “High School” con un GPA de 3.8 y verse imposibilitado de continuar sus estudios superiores, junto a otros dos jóvenes, comenzó a crear conciencia sobre el futuro incierto de los jóvenes que como él no podía ir a la universidad por falta de documentos. Barrios fue el fundador del grupo local United 4 the Dream en 2011.
“No podía resignarme a que obtener un diploma de “High School” era todo lo que yo podía hacer por mi educación. Era como no responder al esfuerzo de mis padres de traernos a este país para tener un mejor futuro y no aprovechar el esfuerzo que hice para aprender inglés rápidamente”, dijo el joven soñador.
Participando en actividades locales y protestas en Washington, visitas a oficinas de oficiales electos y educando a más jóvenes sobre cómo involucrarse, este grupo logró reconocimiento de las autoridades locales y celebró como propia la promulgación de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) el 15 de junio de 2012, por el entonces presidente Barack Obama.
Aunque Barrios ha regularizado su estatus migratorio en el país, completó su carrera en Ingeniería en Sistemas, contrajo matrimonio y es padre de una bebé de 10 meses, asegura que la cancelación de DACA lo toca muy profundamente. “Mis hermanos, mis amigos y mi comunidad pierden una valiosa cobertura. No podemos quedarnos de brazos cruzados”, declaró a Inmigración.com
Un cambio de vida
DACA le permitió a Barrios ser contratado por La Coalición Latinoamericana (LAC) como organizador comunitario. Mientras trabajaba también continuaba sus estudios en Johnson C Smith University, una escuela para estudiantes de color que abrió sus puertas a los inmigrantes indocumentados a través de becas totales.
Además, según explicó, el programa de protección de Obama, le permitió a él y a sus hermanos ampliar su negocio de mecánica, obtener licencias de operación y continuar aportando a la economía local.
“DACA cambió mi vida en 360 grados y hasta más”, dijo Barrios con un brillo ojos, explicando que el programa le había ayudado a acceder a un mundo que antes le había sido negado.
Hoy, casado, trabaja para una importante compañía proveedora de electricidad y dice disfrutar cada día de su hija, quien ha venido a completar su vida.
“Decidí retirarme del activismo porque creí que era el momento de dar oportunidad a otros jóvenes para tomar la batuta y seguir abogando por nuestros padres y nuestra comunidad inmigrante. Pero este 5 de septiembre he vuelto junto a muchas personas que desde 2010 lucharon por lo que logramos, para defender esos logros y buscar una solución a través de una reforma migratoria”, agregó.
La cancelación de DACA ha sido el detonante que ha despertado, una vez más, el espíritu implacable de los DREAMers, que mandaron desde Charlotte un mensaje claro a Trump: “No tenemos miedo y vamos a dar la lucha”.
“Vamos a recomenzar el movimiento y a encontrar las estrategias que funcionen para defender a nuestra comunidad”, concluyó Barrios.