GREENSBORO, NC.- Con mucha esperanza recibió Dunia Vásquez la noticia de reapertura de su caso de inmigración, misma que le hizo saber el abogado William Vázquez la semana pasada.
Y es que esta oportunidad, abierta por una Corte de Inmigración en Houston, Texas, suspende la orden de deportación que tenía la madre hondureña, quien debía presentarse en las oficinas de ICE en Charlotte el pasado 12 de julio.
“Me aterró la idea de presentarme a Inmigración ya con un boleto para salir del país. Tengo tres hijas nacidas en este país, logré traer a mi hijo y conseguirle asilo y ahora estoy embarazada. Como ve, toda mi vida está aquí aparte que corro peligro al volver a Honduras, por eso no me presenté a la última cita que tenía y en cambio busqué un lugar donde refugiarme con mi familia”, explicó Dunia Vásquez.
Nueva oportunidad
El abogado de inmigración William Vázquez, indicó a Inmigración.com que tras la reapertura del caso de Dunia se abre la oportunidad de encontrar una vía para conseguir su regularización en el país.
“Ella ha dejado de ser una prioridad de deportación y ya puede regresar a su casa. La orden de deportación ya fue suspendida pero su caso siempre está pendiente”, afirmó Vázquez.
La reapertura del caso de esta joven madre se consiguió en una Corte de inmigración de Houston, Texas, fue ahí precisamente donde se originó la orden de deportación, cuando en 2004 Dunia no se presentó a su fecha de corte, luego de ingresar al país a través de la frontera en ciudad de McAllen, ser detenida por oficiales de la Patrulla Fronteriza, recibir un permiso de trabajo por seis meses y ser ordenada a presentarse ante un juez en enero de 2005.
“Me aconsejaron que no me presentara a corte y que mejor me mudara de estado y yo tenía un conocido aquí en Carolina del Norte, quien me ayudó a venirme para acá”, contó Dunia.
Ahora, con esta oportunidad, Dunia podría obtener los beneficios de la Visa U, luego que una situación de violencia contra su familia la hiciera elegible. “No quería usar este recurso, pero en las condiciones actuales es una puerta para lograr quedarme con mi familia”, agregó la joven que se encuentra embarazada de su quinto hijo.
Según el abogado Vázquez, la historia de Dunia podría servir como un ‘pasaje’ de salida a otros inmigrantes en situaciones similares.
Pesadilla constante
Establecida en Raleigh por dos años y luego ubicada en la ciudad de Cary, Dunia creía estar segura, se casó y tuvo a su primera hija, Katherine. No fue hasta que el 6 de octubre de 2011 fue detenida mientras conducía a su trabajo en un retén policial cuando “me chequearon las huellas y ahí vieron que tenía una orden de deportación y me llevaron presa”, relató.
Tras consultar a varios abogados, Dunia veía acabadas sus esperanzas de salir libre y se angustiaba ante la posibilidad de volver a su país. “Muchos abogados me dijeron que solo Dios podía ayudarme y así pasó. A la semana de estar en la cárcel me avisaron que sólo debía pagar $1.500 de fianza y me dejaban salir”.
Desde entonces Dunia se reportaba cada tres meses a las oficinas de ICE en Charlotte, hasta que el 12 de julio de 2012 le dijeron que debía salir del país. En ese momento acababa de dar a luz a su hija Alondra, quien producto de todo el estrés que enfrentó la madre, nació a los seis meses de gestación y con varias complicaciones.
“Fue entonces cuando de nuevo me dejaron quedar con la ayuda de una fundación a la que contacté y por no ser parte de las prioridades de inmigración”, contó la madre, quien de nuevo quedó bajo de condición de reportarse a ICE.
El pasado 7 de marzo durante su cita en ICE le informaron que debía salir del país, por lo que se vio obligada a tomar ‘santuario’ en una iglesia que la apoyó.
“Ha sido una experiencia dura y a la vez intensa y bonita. La gente en la iglesia nos ha acogido con respeto y me dicen que han aprendido mucho sobre los inmigrantes a través de mi caso. Me han dado la oportunidad de estar aquí hasta septiembre y voy a tomar ese tiempo ya que donde yo vivo los agentes de inmigración llegan mucho y tengo miedo”, señaló.
Por el momento, los miembros de la iglesia en la que se congrega Dunia y su familia, adelantan una campaña de firmas de cartas que luego enviarán a legisladores estatales y federales.
“Estoy positiva que todo lo que se haga termine ayudando en mi caso y pueda quedarme con mis hijos y mi esposo en este país”, concluyó la inmigrante.