Veinte inmigrantes capturados el miércoles durante una redada en una bodega de almacenamiento en Memphis podrían ser deportados, según informó a MundoHispánico la abogada Casey Bryant.
El operativo fue realizado por la Patrulla de Caminos de Tennesse, que buscaba arrestar a personas que trabajan con papeles o identificaciones falsas.
“Lo que llama la atención aquí es que luego de la redada (los detenidos) fueron llevados primero a las oficinas de inmigración donde los entrevistaron agentes de ICE, y luego los trasladaron a la cárcel donde ya tenía un ‘hold’ de inmigración”, dijo Bryant quien, junto a la organización Latinos Memphis, está asesorando legalmente a varios de los detenidos.
Bryant también dijo que el operativo ocurrió en circunstancias muy extrañas y que podría demostrar que ICE estuvo muy cerca del mismo.
La jurista también dice que los testigos de la operación insisten que vieron al menos a una decena de agentes de este organismo.
El sargento Chris Richardson, vocero de la Patrulla de Caminos de Tennesse, dijo que la redada no fue un operativo de inmigración.
“El único apoyo que recibimos fue del Departamento de Seguridad Nacional porque ellos tienen oficiales que hablan español y acceso a bases de datos que nosotros no tenemos”, dijo Richardson, quien sí reconoció que los inmigrantes hispanos fueron llevados primero a las oficinas de ICE antes de ser trasladados a la cárcel.
“Fue solo para poder identificarlos, ellos no fueron acusados de violaciones a la ley de inmigración, fueron acusados por delitos relacionados con la falsificación de documentos”, agregó.
Richardson, quien aseveró que continuarán ejecutando estos operativos, resaltó que: “la comunidad hispana no debe tener miedo, nosotros estamos específicamente tras criminales que falsifican documentos, no tenemos atribuciones para ejercer la ley de inmigración”.
Mientras esto transcurre, los hijos de Hilda Hernández y Edgar López, una pareja mexicana detenida durante la redada, se encuentran en un hogar sustituto en Mississippi bajo el cuidado de una familia estadounidense, confirmó a MundoHispánico una fuente que allegada al caso que prefiere que su identidad no sea revelada por no estar autorizado a dar información.
Baltasar Arriaga, amigo de Hernández y López, pudo conversar con su hijo mayor de la pareja, de 16 años, quien dijo que se encuentran bien y que no han sido separados.
La abogada Bryant también confirmó que los pequeños están bien pero no pudo dar más detalles para evitar afectar su representación en el caso de inmigración.