WASHINGTON.- El presidente estadounidense, Donald Trump, recibió hoy en la Casa Blanca a seis senadores republicanos conocidos por su posición de línea dura en inmigración, para hablar sobre las negociaciones acerca de esa materia, de las que depende el futuro de cientos de miles de jóvenes indocumentados.
Trump se reunió con los senadores Tom Cotton, John Cornyn, Chuck Grassley, James Lankford, David Perdue y Thom Tillis, conocidos por su línea dura respecto a los indocumentados y su defensa de una restricción de la inmigración legal en Estados Unidos.
“En cuanto que el Senado votó para reabrir la Administración, el presidente continuó las conversaciones sobre los siguientes pasos hacia una reforma migratoria responsable”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, en un comunicado.
“Trabajaremos con demócratas y republicanos en la Cámara Baja y el Senado que estén comprometidos a arreglar nuestro sistema de inmigración roto”, añadió Sanders al informar de la reunión.
Poco antes, Trump había asegurado que una vez que se resolviera el desacuerdo presupuestario que ha mantenido paralizada la Administración federal desde el sábado, él empezaría a “trabajar para resolver el problema de la muy injusta inmigración ilegal”.
“Alcanzaremos un pacto a largo plazo sobre inmigración si, y solo si, es bueno para el país”, añadió Trump en un comunicado.
La oposición demócrata quiere aprobar cuanto antes una ley que proteja de la deportación a cientos de miles de jóvenes indocumentados conocidos como “soñadores”, dado que el próximo 5 de marzo, por decisión de Trump, desaparecerá el programa de 2012 que les permitía permanecer en Estados Unidos, llamado DACA.
Pero Trump ha condicionado cualquier proyecto de ley con ese fin a la aprobación de fondos para construir el muro en la frontera con México, además de la reforma de ciertos aspectos del sistema migratorio legal.
Trump apoyó en agosto pasado un proyecto de ley impulsado por Cotton y Perdue, dos de los senadores presentes en la reunión de hoy, para limitar la capacidad de los residentes permanentes o nuevos ciudadanos en Estados Unidos para patrocinar a otros miembros de su familia y ayudarles a emigrar también al país.
El mandatario y los ultraconservadores del Congreso describen ese proceso como “migración en cadena”, y han exigido que el proyecto de ley para los “soñadores” aborde también sus preocupaciones sobre ese tema, además de acabar con una lotería que sortea visados a naciones con una baja tasa de emigrantes a Estados Unidos.
Pero Trump ha rechazado un proyecto de ley bipartidista que un grupo de senadores le presentó este mes para abordar todos esos temas, y muchos observadores atribuyen esa posición al consejo de algunos de sus asesores y de legisladores de línea dura como los que recibió hoy en la Casa Blanca.
El senador republicano Lindsay Graham, uno de los artífices del proyecto de ley bipartidista, ha advertido que la postura de Cotton y sus aliados es demasiado extrema y nunca logrará los apoyos necesarios para convertirse en ley.