SAN DIEGO, CA.- Un evento en el que las familias inmigrantes se reencuentran en un tramo de la valla fronteriza se halla en riesgo de ser eliminado, tras descubrirse que un narcotraficante participó en su última edición, informó la Patrulla Fronteriza.
El pasado 18 de noviembre, durante una tradicional apertura de puertas en la valla que divide San Diego (California, EEUU) y Tijuana (Baja California, México), once familias se unieron en un abrazo y se celebró además una imprevista boda entre la mexicana Evelia Reyes y el estadounidense Brian Houston.
La ceremonia duró escasos tres minutos y todo el evento contaba con la venía de las autoridades migratorias estadounidenses que desconocían, sin embargo, la realización del enlace matrimonial así como el pasado delictivo del esposo.
De acuerdo a una acusación federal, Houston fue detenido a finales de febrero en el cruce internacional de San Ysidro, en San Diego, y acusado por cargos de posesión de narcóticos, en concreto 42 libras (19 kilos) de heroína, 47 (21 kilos) de metanfetamina y 43 (19,5 kilos) de cocaína.
Tras pagar una fianza y salir en libertad condicional, con la prohibición de abandonar el país, meses más tarde se declaró culpable y tiene prevista una audiencia de lectura de sentencia en febrero próximo.
El día de la boda, Houston no informó a los periodistas presentes por qué no podía viajar a México para verse con su ahora esposa, dado que él es ciudadano estadounidense, y señaló que la relación se sostuvo a base de vídeollamadas y mensajes de texto.
“Estoy sin palabras, hacía mucho tiempo que no podía besarla ni abrazarla, es como un sueño, algo que no puedo creer”, dijo a Efe Houston en esa ocasión, poco después de casarse.
“Este evento no autorizado ha puesto en peligro futuros eventos y la continuidad de la apertura de la puerta del muro fronterizo”, señaló hoy en un comunicado la Patrulla Fronteriza del sector de San Diego.
“Es altamente improbable que se hubiera permitido esta ceremonia si se hubiera solicitado”, añadió la agencia, que desconocía que durante el evento se celebraría una boda.
La dependencia precisó que la “boda sorpresa” despertó la sospecha de los oficiales, quienes realizaron una investigación que arrojó los antecedentes penales de Houston.
El evento, que celebró su sexta edición y se hace en el marco del Día Universal del Niño, es organizado por el grupo Ángeles de la Frontera. En el transcurso del mismo, las autoridades migratorias estadounidenses abren las puertas del muro fronterizo en turnos de tres minutos.
Ángeles de la Frontera es una agrupación de carácter humanitario que desde hace más de 25 años realiza viajes semanales a localidades fronterizas para colocar agua, alimentos y ropa a los inmigrantes que buscan cruzar el desierto.
Su director, Enrique Morones, manifestó que desconocía los antecedentes de Houston, ya que ellos no evalúan a quienes solicitan participar en el evento, en el supuesto de que es la Patrulla Fronteriza la encargada de esa labor.
“Nos sorprendió enterarnos sobre la situación criminal muy grave de Brian Houston. Esto va en contra de todo lo que defiende Ángeles de la Frontera”, indicó el activista.
Morones espera poder reunirse con el nuevo jefe de sector de Patrulla Fronteriza para discutir el hecho.