LOS ÁNGELES, CA.- Cuando faltan dos semanas para que se cumpla el plazo dado por la Casa Blanca para que los jóvenes indocumentados elegibles puedan renovar su Acción Diferida (DACA), estos “soñadores” se enfrentan a las prisas de última hora y las demoras para tramitar la documentación.
“Si no tiene los recursos económicos hay fondos para poderle ayudar, pero no pierda la oportunidad, busque ayuda”, dijo a Efe Jorge Mario Cabrera, vocero de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), en un mensaje dirigido a los beneficiados con este programa.
El presidente, Donald Trump, anunció hace dos semanas que acabaría con la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), como se conoce al programa impulsado por el expresidente Barack Obama en 2012 que aliviaba a la deportación a más de 800.000 jóvenes.
Según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), unos 154.000 “soñadores” pueden extender por dos años más sus permisos de trabajo y protección contra la deportación si renuevan antes del próximo 5 de octubre.
En la costa este, organizaciones como CASA han desarrollado talleres en las áreas de Maryland, Virginia y Pensilvania, y se han dado a la tarea de llamar uno a uno a todos aquellos “soñadores” que habían llenado sus solicitudes con esta organización.
“Ahora nos concentramos en hacer el llamado a jóvenes de zonas más alejadas”, señaló a Efe Fernanda Durand, integrante de CASA, que tendrá una clínica de renovación este fin de semana en sus instalaciones en la ciudad de Baltimore, en Maryland.
El costo de 495 dólares que implica el trámite, incluyendo las huellas digitales, es uno de los mayores obstáculo para los jóvenes beneficiarios de DACA que por estos días corren a marchas forzadas para llegar a tiempo al 5 de octubre.
“Para muchos jóvenes o sus familias es muy difícil obtener en tan corto tiempo este dinero, especialmente los campesinos que viven de cheque a cheque”, advirtió Luz Gallegos, directora del Programa Comunitario de la organización de asesoría legal TODEC, en el Valle de Coachella de California.
Activistas, organizaciones, empresas y hasta Gobiernos locales se han dado a la tarea de recolectar fondos para ayudar a los soñadores, como es el caso de Rhode Island, cuya gobernadora, Gina Raimondo, anunció esta semana que había recabado dinero suficiente para pagar las solicitudes de los 1.200 solicitantes de renovación de DACA que viven en su estado.
“Esta es una situación humanitaria”, justificó la demócrata.
California, que tiene uno de cada cuatro amparados por DACA, trabaja también por desembolsar partidas millonarias para apoyar las iniciativas que se refieran a los soñadores.
Gallegos advirtió que el fondo de emergencia de TODEC, organización que se halla trabajando los siete días de la semana, está por terminarse y aún falta un gran número de beneficiados por realizar el tramite.
“Sabemos que el documento debe estar el cinco de octubre en manos del USCIS, así que debe enviarse al menos el primero de octubre”, ahondó.
La organización United We Dream se propuso reunir 250.000 dólares y aunque aún no alcanzan la meta los primeros 150.000 ya están siendo repartidos a pequeñas organizaciones en todo el país que están asistiendo a los “soñadores” en sus procesos de renovación.
“Seguimos trabajando para recolectar ayuda y adeptos a nuestra causa, esto no se detiene el cinco de octubre”, indicó Sheridan Aguirre, vocero de United We Dream
Aguirre, de 23 años y nacido en Iguala, en el estado mexicano de Guerrero, cree que la responsabilidad de defender a los beneficiarios de este programa corresponde a ellos mismos y saludó por ello la campaña a favor de los indocumentados que desarrolla esta organización que aglutina a jóvenes inmigrantes.
Los consulados de México en Estados Unidos también se han sumado a las campañas de asesoría y dirigen a los “soñadores” a organizaciones que ofrecen gratuitamente el servicio de renovación y que dan ayuda financiera para el trámite.
Este fin de semana, como los pasados, por todo el país se llevarán a cabo foros y clínicas para “soñadores” que tengan un permiso que expire antes del 5 de marzo del próximo año.
“No importa donde estén, llámenos. Si nosotros no podemos ayudarles le diremos quién puede hacerlo, no están solos”, manifestó Durand.