WASHINGTON, DC.- El presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., el republicano Paul Ryan, está presionando a sus correligionarios para que este jueves voten a favor de un proyecto legislativo que abre un camino a la ciudadanía para los “soñadores” a cambio de fondos para el muro con México.
En una rueda de prensa, Ryan anunció hoy que la Cámara de Representantes votará mañana sobre dos proyectos legislativos: uno más moderado que ofrece 25.000 millones de dólares para el muro a cambio del acceso a la ciudadanía para los indocumentados que llegaron a EE.UU. de niños, conocidos como “soñadores”.
Y otro proyecto, de carácter más duro e impulsado por el republicano Bob Goodlatte, que no permite acceder a la ciudadanía a los “soñadores” e incluye algunas polémicas propuestas, como el uso obligatorio por parte de las empresas de un programa informático para verificar el estatus migratorio de sus empleados.
Ryan se ha pronunciado a favor del proyecto de ley más moderado, puesto que tiene más posibilidades de reunir los 218 votos necesarios para que se apruebe en la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen la mayoría con 235 escaños por lo que no tienen mucho margen para disidencias internas.
“Estamos tratando de aprobar esa legislación más moderada. Es una legislación de consenso que resuelve no solo el tema de la separación de niños, sino que también resuelve el tema de la frontera, resuelve DACA y resuelve mucho de nuestro sistema migratorio roto”, afirmó Ryan.
El republicano insistió en que el proyecto legislativo más moderado incluye una “solución muy elegante” para DACA (siglas en inglés de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), un plan que proclamó en 2012 el entonces presidente Barack Obama y que expiró el pasado marzo por orden de Trump.
Sin embargo, Trump no se ha posicionado claramente a favor de ninguna de las dos propuestas legislativas, por lo que aún no se ha logrado un consenso entre el ala más moderada del partido republicano y su flanco más conservador, que suelen unirse en torno a la figura del presidente.
En una reunión anoche a puerta cerrada con legisladores republicanos, Trump prometió que apoyará al “1.000 por ciento” cualquiera de las dos propuestas legislativas, aunque no ofreció ninguna pista sobre cuál de las dos iniciativas firmará para que puedan convertirse en ley, una vez aprobadas en el Congreso.
Para convencer a los legisladores indecisos, el equipo de Ryan ha mediado para que puedan encontrarse con Trump en la Casa Blanca y hablar en profundidad del tema.
El Senado ya votó en febrero sobre cuatro proyectos legislativos sobre inmigración pero todas fueron rechazadas, incluida una propuesta bipartidista que proponía regularizar a 1,8 millones de indocumentados y otra iniciativa impulsada por la Casa Blanca y que recibió el menor número de votos (solo 39 de los cien senadores).
Tras el fracaso en el Senado, el debate pasó a la Cámara de Representantes.
Ese debate cobró un sentido de urgencia después de que salieran a la luz las consecuencias de la nueva política fronteriza de “tolerancia cero” que el Gobierno de Trump puso en marcha en abril y que obliga a presentar cargos criminales contra cualquier adulto que cruza irregularmente la frontera con México.
Como resultado, los niños eran separados de sus padres, puesto que los menores no pueden ser imputados por ningún crimen.
Hasta ahora, Trump había pedido al Congreso que actuara para solucionar la separación de familias que él mismo había implementado, pero hoy inesperadamente firmó una orden ejecutiva que permitiría a los niños permanecer con sus padres en centros de detención, según dijo a Efe una fuente de la Casa Blanca.
La decisión de Trump podría impactar en los planes del Congreso y retrasar la aprobación de cualquier medida.
Antes de que Trump firmara su orden ejecutiva, el senador Marco Rubio ya avisó de que una decisión por parte de la Casa Blanca disminuiría el sentido de “urgencia” en el Legislativo.
La última vez que el Congreso aprobó una reforma migratoria que permitió la regularización de inmigrantes indocumentados fue en 2986, bajo el Gobierno de Ronald Reagan (1981-1989).
Desde entonces, el Congreso ha aprobado pequeños cambios legislativos, pero sin lograr una reforma migratoria integral que cambie por completo el sistema migratorio.
En 2013, bajo el Gobierno de Barack Obama, el Congreso estuvo cerca de regularizar la situación de gran parte de los once millones de indocumentados que se calcula que viven en Estados Unidos, pero la iniciativa acabó bloqueada en la Cámara de Representantes aunque obtuvo el respaldo del Senado.