MIAMI, FL.- Los hijos estadounidenses de mujeres indocumentadas elegibles para el programa de Acción Diferida (DACA) tienen más opciones de beneficiarse de programas de salud y nutrición, según un estudio publicado el 29 de mayo por la Universidad Johns Hopkins.
Tras analizar a casi 2.000 niños estadounidenses y sus madres entre los años 2010 y 2015, el estudio demuestra el potencial impacto positivo en la salud de los niños que suponen políticas migratorias que reducen el riesgo de deportación de sus padres.
“Nuestro estudio sugiere que las políticas de inmigración que mitigan el miedo a la deportación de otros miembros de la familia podrían aumentar el acceso a importantes servicios relacionados con la salud de niños vulnerables”, dice Maya Venkataramani, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Los resultados, publicados en la revista especializada “JAMA Pediatrics”, demuestran que el 12,3 % de niños estadounidenses tienen más probabilidades de participar en el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres Embarazadas, Lactantes, Posparto, Infantes y Niños (WIC, en inglés) si sus madres son elegibles para DACA.
DACA fue creado por el presidente Barack Obama en 2012 para beneficiar a jóvenes que llegaron a EE.UU. antes de cumplir los 16 años.
“Los hijos de inmigrantes indocumentados representan un grupo vulnerable que está en un alto riesgo de pobreza socioeconómica”, dice Venkataramani, autora del estudio.
Según el Instituto de Políticas Migratorias (MPI), cerca del 7 % de niños en Estados Unidos tienen como mínimo un padre indocumentado.
El estudio ha analizado a 1.911 niños de hasta 5 años de madres latinas, sin ciudadanía y que han vivido en Estados Unidos al menos cinco años y con la escuela secundaria terminada.
En el 33,8 % de los casos sus madres cumplían los criterios para DACA y en el 43,1 % recibieron las ayudas del programa WIC.
El programa federal WIC ofrece servicios como nutrición suplementaria, asesoramiento nutritivo, ayuda con la lactancia y derivaciones a servicios sociales, de salud o bienestar para niños con familias de bajos ingresos o madres en posparto.
Mientras las políticas favorables de inmigración habían demostrado hasta ahora un mayor uso de servicios sociales y médicos entre inmigrantes adultos, el presente estudio demuestra que dichas políticas, que benefician a priori a los padres, tienen al mismo tiempo un impacto favorable para sus hijos.