MCALLEN, TX.- Agentes de la Patrulla Fronteriza realizaron sus labores de vigilancia habituales a lo largo de toda la frontera con México, ajenos a la visita que el presidente Donald Trump realizaba este martes a la zona.
Así, mientras el mandatario visitaba la frontera en el área de California (EE.UU.) y Tijuana (México), en el extremo opuesto de la frontera, oficiales estadounidenses llevaban a cabo su habitual cometido para mantener el control en el fronterizo Río Grande.
Este río, en ciertos tramos muy estrechos, suele ser cruzado por gente que pretende entrar en territorio estadounidense sin la debida documentación, por lo que agentes de pasos fronterizos de la zona, como McAllen o Roma, procesaban a personas detenidas por ello, tal y como hacen a menudo.
Muchos de ellos ocultaban sus rostros al ver la presencia de un fotógrafo de EPA que tomaba imágenes.
En esta zona de la frontera, pasar de un país a otro en ocasiones consiste únicamente en cruzar el Río Grande con en una pequeña barcaza sin motor, en la que apenas entran dos o tres vehículos y unas decenas de personas.
Mientras, desde California Trump insistía en que quiere que el muro fronterizo que separa ambos países sea “lo más grande posible” y que permita, de alguna manera, ver el lado mexicano de la frontera.
“Cuanto más grande sea, mejor, porque es muy difícil superarlo por arriba”, dijo Trump a los medios tras inspeccionar los prototipos construidos en un área entre Otay Mesa (EE.UU.) y Tijuana (México).
En su opinión, el muro es “la primera y última defensa” de Estados Unidos para proteger su territorio, “más allá de los grandes agentes del ICE (el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y otra gente”.
Trump ha prometido que serían los propios mexicanos quienes paguen por la construcción de la polémica barrera, pero es algo a lo que México se opone de forma frontal, por lo que está tratando de justificar la rentabilidad económica de una obra de tanta envergadura.
Esta es la primera visita de Trump a la frontera. Lo hace para ver en persona los ocho prototipos para el muro que seis empresas han levantado entre la localidad californiana de Otay Mesa y la mexicana de Tijuana, así como para dar un discurso ante militares.