Pasadena, TX.- Entre lágrimas y efusivos e interminables abrazos, decenas de padres originarios del estado mexicano de Hidalgo se reencontraron el domingo 23 de diciembre con sus hijos en Pasadena (Texas), tras varias décadas de separación por razones migratorias.
El encuentro celebrado en esta localidad, ubicada al sur de Houston, se concretó gracias al programa Abrazando Destinos, que el estado de Hidalgo inició en 2017 en conjunto con clubes de migrantes hidalguenses en EE.UU. y que este año benefició a 48 familias.
Isidora Pérez, madre de tres hijos nacidos en EE.UU., viajó más de cuatro horas desde Dallas (Texas) con rumbo a Pasadena para ver a sus padres por primera vez en casi 20 años, tras irse de Hidalgo en pos de un futuro mejor.
“Hablo con ellos casi todos los días, pero no es lo mismo. Lloré hace tres semanas cuando supe que les habían otorgado la visa, lloré esta mañana cuando vi las fotos en las redes sociales al momento de ingresar al avión hacia Houston y sigo llorando al abrazarlos porque es como un sueño”, comentó a Efe Pérez, quien se desempeña como agente inmobiliaria.
Juan de Dios Hernández Chávez, director general del Programa de Atención al Migrante, del Gobierno del Estado de Hidalgo, dijo a Efe que desde que se implementó el proyecto más de 400 personas se han reencontrado con sus familiares en EE.UU., los cuales están en situación irregular.
Explicó que la documentación que se presenta en la embajada estadounidense en México se gestiona entre el Gobierno estatal y los clubes de migrantes en EE.UU., los cuales elaboran las listas de familiares.
“El Estado de Hidalgo avala a los padres mayores de 65 años para que se les otorgue visas de turista, y puedan regresar cuantas veces quieran en el periodo de una década”, agregó el funcionario mexicano.
Recalcó que los costos del trámite y de los billetes de avión corren por cuenta de los familiares, mientras que el Gobierno de Hidalgo, al norte de Ciudad de México, financia los traslados terrestres a la embajada estadounidense en México y del aeropuerto a los centros de reencuentro.
Otra que ha podido reunirse con sus padres y empezar a prepararse a celebrar con ellos las fiestas de fin de año es Estela Sánchez, quien no los veía en persona desde hace 16 años.
“He venido con mis cuatro hermanos, que tampoco veían a mis padres desde hace tiempo, y con mis hijos que conocerán por fin a sus abuelos”, comentó Sánchez.
Elías Pardo llegó para ver a su hijo José. Visiblemente emocionado y al son de la música que tocaba un grupo de mariachis, el inmigrante abrazó a su hijo, a quien vio por última vez hace 18 años.
“Solo el que tiene a un ser querido lejos conoce el dolor de no poder abrazarlo. Hoy, ese dolor lo estoy cambiando por felicidad pura”, remarcó este campesino y pensionado del Seguro Social de México.