LOS ÁNGELES, CA.- Cerca de un millón de menores nacidos en Estados Unidos crecen en Latinoamérica después de que sus padres fueran deportados, cifra que puede aumentar si tienen que salir del país los progenitores de ciudadanos amparados bajo la Acción Diferida (DACA).
La preocupación de los “dacamentados”, como se conoce a los amparados bajo la Acción Diferida para Llegados en la infancia, surge a raíz de la declaración el pasado 5 de septiembre del fiscal general, Jeff Sessions, de que el Gobierno “rescindiría” en seis meses esta acción ejecutiva firmada en 2012 por el entonces presidente Barack Obama.
“Si DACA llega a ser cancelado, ¿qué pasaría con nuestra hija si nosotros técnicamente vamos a ser deportados?”, manifestó a Efe Jesús Molina, de 29 años y padre de una pequeña de dos años nacida en el vecindario angelino de Lincoln Heights.
“Eso me preocupa y lo que hemos pensado con mi esposa es que ya sea legal o ilegalmente nos quedamos aquí por ella”, agregó el joven beneficiario del programa quien fue traído de Guerrero, México, a la edad de 5 años.
En el “Estudio Nacional de DACA 2017”, realizado vía internet en agosto pasado por Tom K. Wong, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de California en San Diego, las estadísticas indican que de una muestra de 3.063 participantes en la encuesta, representativa de los 800.000 beneficiarios de DACA, un 25,7 por ciento aseguró tener al menos un “hijo con ciudadanía estadounidense”.
Eso indica en cifras que la cuarta parte de los “dacamentados” tienen hijos que serían alrededor de 200.000 niños nacidos en Estados Unidos.
Ianaí Molina, de 28 años y quien estudia para ser asistente paralegal en el colegio comunitario de Glendale, fue traída a Estados Unidos del estado de Guerrero (México) en brazos de su madre cuando solamente tenía un año de edad.
“Si los congresistas no hacen nada por nosotros, prefiero vivir escondiéndome de la migra, porque yo no tengo dónde llegar a México”, declaró a Efe Ianaí.
“Lo que queremos los soñadores es residencia permanente, con posterior ciudadanía, que incluya nuestros padres, porque a mi hija quien la cuida es su abuelita”, argumentó.
Armando Vázquez Ramos, fundador del Centro de Estudios California-México, que promovía viajes educativos a México a estudiantes con DACA, indicó a Efe que “la embajada americana (estadounidense) en México informó que entre sus ciudadanos hay más de 800.000 niños de padres deportados”.
Vázquez Ramos detalló que “Obama deportó como 2,8 millones de indocumentados, 96 por ciento de ellos latinos, de los cuales 2 millones regresaron a México y más de medio millón a Centroamérica”.
“Por eso calculamos que con los pequeños ciudadanos con padres regresados a Centroamérica han de ser como 1 millón de niños estadounidenses”, señaló.
El profesor universitario retirado criticó “los daños colaterales” que provocan los políticos antinmigrantes que hoy quieren deportar a “los soñadores” y que no piensan que con ello enviarán al “exilio forzado” a pequeños ciudadanos.
“Entre esos niños muchos no hablan español y hay gente que no los quiere por hablar como ‘gringos’ y sufren acoso estudiantil”, describió.
Francisco Moreno, portavoz del Consejo de Federaciones Mexicanas en Norte América (COFEM), dijo a Efe que “la política cruel” que condena a niños a irse a otro país “es racismo”.
“Por eso creo que la decisión más sabia a favor de los niños es dejar aquí a los padres de beneficiarios de DACA con residencia permanente”, aconsejó.
Por su parte, la abogada y profesora de la Escuela de Leyes Southwestern de Los Ángeles, Julia Vázquez, dijo a Efe que los “padres con hijos ciudadanos batallan duro para proveerles lo básico cuando son deportados, además de que llegan a vivir en un clima de inseguridad”.
“Por eso lo básico para los soñadores es darles una ley justa, un camino a la residencia normal y permanente en Estados Unidos, sin dejar afuera a los abuelos de esos niños”, concluyó.