WASHINGTON.- Entre gritos de “Trump escucha, el pueblo está en la lucha”, miles de activistas y “soñadores” se manifestaron hoy en decenas de ciudades de EE.UU. para urgir al presidente Donald Trump a mantener el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), en su quinto aniversario.
“Somos gente trabajadora, no le venimos a robar a nadie. Lo único que queremos es dignidad”, explicó a Efe en una concentración frente a la Casa Blanca Cindy Monje, nacida en Guatemala y participante en este programa que ha protegido a 800.000 jóvenes indocumentados de la deportación.
Bajo la persistente lluvia en la capital estadounidense y junto a medio millar de personas, Monje dijo que “sin el DACA, cobraría menos que el salario mínimo, que es poco más de 7 dólares la hora”.
“Trabajé mucho tiempo de mesera (camarera) y me pagaban dos o tres dólares, vivía de propinas”, agregó.
El programa, que da protección temporal a los jóvenes que llegaron al país como indocumentados siendo niños, conocidos como “soñadores”, fue impulsado por el Gobierno del demócrata Barack Obama mediante una orden ejecutiva firmada en agosto de 2012.
Marchas similares tuvieron hoy lugar en San Francisco, Phoenix, Nueva York y Chicago, con el objetivo común de exigir al presidente Trump y los republicanos en el Congreso que mantengan el programa y defender sus buenos resultados y la contribución económica de estos jóvenes.
Con la victoria del republicano Donald Trump en las presidenciales de 2016 y su discurso de mano dura contra la inmigración ilegal, los “soñadores” han visto cómo volvía a complicarse su futuro.
Pese a que Trump ha prometido tratar el tema del DACA “con corazón” y reconocido que es uno de los problemas “más difíciles” que enfrenta, lo cierto es que los sectores más conservadores del partido republicano han puesto fecha límite para que el mandatario tome una decisión.
Monje, estudiante de políticas públicas en el Montgomery College de Maryland, criticó a los republicanos por “atacar a los más vulnerables, los inmigrantes” y urgió a Trump a no cancelar el DACA porque “funciona”.
La “soñadora” comentaba así la advertencia del fiscal general de Texas, Ken Paxton, quien envió una carta hace unas semanas al fiscal general, Jeff Sessions, en la que aseguraba que demandaría al Gobierno federal si no elimina el programa antes del 5 de septiembre.
La misiva fue firmada, además, por otros nueve fiscales generales republicanos y por el gobernador de Idaho, Butch Otter, lo que aumenta la presión sobre Trump.
Sin embargo, y pese al día nublado y lluvioso, el ánimo no era nada sombrío entre los manifestantes, que no pararon de entonar cánticos y lemas a favor de los inmigrantes.
“Estamos aquí para quedarnos, no nos vamos a ningún lado”, dijo Greisa Martínez, directora del grupo United We Dream, una de las principales organizaciones de las marchas.
El DACA fue una medida unilateral tomada en 2012 por el entonces presidente, Barack Obama, ante la falta de acción del Congreso para ponerse de acuerdo sobre una reforma migratoria integral que pudiera solucionar el estatus de los más de 11 millones de personas en situación irregular que se estima viven en el país.
Durante el mandato de Obama (2009-2017), los republicanos criticaron de manera reiterada el programa al tildarlo de “amnistía” inconstitucional por no haber contado con el aval del Congreso.
Por ello, la victoria de los republicanos en la Casa Blanca y, sobre todo, el control que ejercen ahora con mayoría en las dos cámaras del Congreso, complican la situación para estos jóvenes, muchos de los cuales apenas conocen sus países de origen, y que podría devolverles al limbo legal.
El senador Bernie Sanders, que aspiró a la candidatura presidencial demócrata en 2016, mostró su respaldo en un mensaje de Twitter, en el que ofreció “su vigoroso respaldo” a DACA.
“Los inmigrantes deberían contar con un camino hacia la obtención de la ciudadanía, no una esquina para esconderse”, afirmó Sanders.