DENVER, CO.- Una madre mexicana que acaba de pedir refugio en una congregación del oeste de Colorado es la quinta de los indocumentados alojados en templos o iglesias en este estado para evitar la deportación, informó hoy el Movimiento Santuario local.
Sandra López, de 42 años, llegó a Estados Unidos en 1998 y hasta ahora residía en la pequeña localidad de Silt, junto a sus tres hijos, todos nacidos en este país.
Al enterarse de que se le había negado su último pedido para cancelar su deportación, López buscó refugio en la Iglesia Unitaria Two Rivers, en Carbondale, una ciudad a mitad de camino entre los centros turísticos de Aspen y Glenwood Springs.
La abogada de López, Jennifer Smith, indicó mediante un comunicado que la orden de deportación surgió del hecho de que López había sido arrestada hace años luego de que uno de sus hijos llamase equivocadamente al número de emergencias 911.
“Los cargos en su contra quedaron sin efecto. Ella no es en absoluto culpable de ningún cargo criminal”, remarcó la abogada.
López y sus hijos, de los cuales la más pequeña tiene dos meses, viven ahora en la iglesia, donde piensan quedarse, dijo la madre, “hasta ya no sentir la amenaza de ser deportados”.
La decisión de buscar “santuario” se debió no sólo al deseo de estar con su familia, aseveró la inmigrante mexicana, sino también al hecho de “mantenerse firme” sin la necesidad de “salir corriendo” o de “esconderse”.
A su vez, la abogada pidió que el sistema migratorio vuelva a funcionar “para mantener las familias juntas”.
Además, lamentó que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) considere que “si uno es indocumentado, uno debe ser deportado”.
En Colorado, además de López, las otras personas que están protegidas en un templo son la peruana Ingrid Encalada Latorre, en Fort Collins; la mexicana Rosa Sabido, en Mancos; la salvadoreña Araceli Velásquez, en Denver, y su compatriota Elmer Peña, en Colorado Springs.
A nivel nacional, según información difundida por la organización Church World Services (que coordina las acciones de las “iglesias santuario”), 31 lograron refugio en centros religiosos para intentar evitar su deportación, de las cuales cuatro están en Arizona.
Los estados Carolina del Norte, Illinois, Massachusetts y Nuevo México tienen tres personas en “santuario” cada uno.
“Las políticas inmigratorias de nuestro país dejan sólo las peores opciones: cumplir con la deportación y perder todo lo que se ha construido, o esconderse, o quedarse y luchar por la justicia”, dijo Jennifer Piper, de la Coalición Santuario de Metro Denver.