CHARLOTTE, NC.- Tras comprobar en la Corte de Inmigración de Charlotte que había sido víctima de negligencia por parte de su anterior abogado, el joven centroamericano Wildin Guillén Acosta consiguió que el juez le concediera un nuevo periodo para que pueda continuar en la defensa legal de su caso.
El joven, que llegó al país en 2014 durante la llamada ‘ola de niños centroamericanos’, fue detenido por agentes de ICE el 28 de enero de 2016 en la ciudad de Durham, cuando se dirigía a su escuela, y luego de seis meses de encierro fue liberado del Centro de Detención Stewart, en Georgia.
Al salir, sus familiares y el grupo de base Alerta Migratoria NC lo ayudaron a contactar a una abogada. Sin embargo, la profesional dejó pasar fechas importantes en el caso de Wildin, provocando que el joven volviera a enfrentar la deportación.
“Dudamos sobre las intenciones de la abogada”, dijo a inmigración.com Viridiana Martínez, dirigente de Alerta Migratoria NC. “Ella dejó pasar fechas claves en el proceso de Wildin, nunca hizo una solicitud formal de asilo y nunca le devolvió su archivo cuando se le pidió”.
La negligencia de la abogada, sumada a una serie de cartas de apoyo de maestros y concejales de la ciudad de Durham y la presencia de al menos una docena de personas que viajaron con él para respaldarlo en la corte, fueron clave para que el juez accediera a dar una prórroga.
“El juez Stewart Couch ha aprobado menos del 13% de los casos de asilo que se le han presentado y haber conseguido que diera una prórroga ha sido algo grande para nosotros”, agregó Martínez. “Es como haber conquistado una batalla en esta guerra por conseguir que Wildin se quede en casa”.
Por su parte Wildin sostuvo que “la palabra de Dios dice que, si uno le es fiel, El cumple sus promesas y yo sé que vamos a salir triunfantes. Por favor les pido a todos que me sigan apoyando y que vengan a mi corte en diciembre para hacer presión y conseguir una respuesta positiva. Este país es mi casa y tengo toda la fe puesta en que aquí voy a estar”.
Una vida de fe
Wildin Guillén Acosta llegó a Estados Unidos en 2014, luego de huir de su natal Honduras, pues pandilleros en su vecindario lo habían amenazado con quitarle la vida.
“Yo estaba hablando de la palabra de Dios a varios muchachos de las pandillas y diciéndoles que aún podían arrepentirse y retomar sus vidas y servir a Dios. Pero los jefes no estaban contentos con lo que yo estaba haciendo y me amenazaron con matarme si no paraba”, relató el joven.
Al llegar a Estados Unidos se entregó en la frontera y luego fue enviado a Durham, junto a su madre y familiares, bajo condición de presentarse en corte. En enero de 2016, cuando se establecieron las prioridades de deportación durante la Administración Obama, Wildin fue uno de los seis jóvenes centroamericanos arrestados en redadas en Carolina del Norte y desde entonces su vida aquí ha sido una constante lucha.
Estudiaba el último año de secundaria en Riverside High School cuando fue arrestado. Se había destacado por su desempeño académico y carisma. Sus maestros intentaron ayudarlo para que completara sus asignaciones y conseguir graduarse a tiempo, enviando por correo las tareas e información necesaria a la cárcel en la que se encontraba, pero los oficiales no permitieron que el joven las recibiera.
Desde entonces, los maestros se convirtieron en activistas a favor de Wildin, quien luego de salir del Centro de Detención Stewart, logró volver a la escuela y graduarse el pasado junio.
La respuesta final para este joven centroamericano se conocerá el martes 5 de diciembre, a la 1 p.m. cuando la abogada Nardine Guirguis, presente material sólido que defienda el caso de asilo en la Corte de Inmigración de Charlotte.