MIAMI.- La hondureña Reyna Gómez, afectada por una enfermedad terminal parecida a la leucemia, se salvó de la deportación y además logró obtener un permiso de trabajo y licencia de conducir, documentos que deberá renovar en un año.
“Estoy muy emocionada de poder quedarme un año más y de poder conducir y trabajar”, expresó hoy Gómez, de 49 años, para quien la deportación hubiera significado la muerte debido a que su enfermedad terminal solo puede ser tratada en Estados Unidos.
Gómez, una líder comunitaria que ha luchado por los derechos humanos de las trabajadoras del hogar y sus salarios, agradeció el apoyo que recibió de la comunidad durante su proceso migratorio.
La activista pidió asilo después de huir de Honduras, pero le fue negado y en cambio le dieron una orden de deportación. Desde entonces había tratado de encontrar una manera legal de quedarse en este país.
“Ahora todo lo que veo es mi gente sonriendo con el éxito de nuestra victoria colectiva. Como mujer en este movimiento, estoy agradecida por el hecho de que puedo ser un ejemplo para que otros sigan luchando”, manifestó.
Grupos proinmigrantes han destacado el activismo de Gómez, quien participó en una huelga de hambre para ganar los derechos de los trabajadores pese a su enfermedad terminal.
“Quiero agradecer especialmente a las organizaciones que ayudaron a que este esfuerzo fuera exitoso y decir que nos dio a todos una victoria y una razón para luchar por los demás”, manifestó hoy.
Gómez enfrentó este año el miedo de las “redadas silenciosas”, como llaman grupos a favor de los inmigrantes la detención de indocumentados que se presentan a trámites regulares ante la oficina de Inmigración, que ha endurecido sus políticas durante el Gobierno de Donald Trump.