LOS ÁNGELES.- Los padres de niños y jóvenes afectados por la cancelación del Programa de Procesamiento de Refugiados para Menores Centroamericanos (CAM) buscan desesperadamente vías legales para traerlos a Estados Unidos.
“Desde que me dieron la noticia no he hecho sino llorar, no entiendo que pasó, mi hijo estaba a punto de venir y ahora me dicen que todo está cancelado, esto es injusto”, dijo a Efe Lorena Herrera, madre de un solicitante.
Herrera y su esposo, como unos 10.000 padres de familia, según cifras que barajan medios estadounidenses, habían sometido la petición para traer a sus dos hijos al amparo de esta medida instaurada en 2014 por la administración de Barack Obama.
CAM daba la oportunidad de solicitar estatus de refugiado a hijos de inmigrantes legales de El Salvador, Guatemala y Honduras. Los solicitantes deberían ser menores de 21 años y tenían que demostrar que su vida corría riesgo y debían huir de su país.
Aquellos que no calificaban para obtener el refugio podían ser elegibles para ingresar al país con un permiso de permanencia temporal (“parole”, en inglés).
Esta semana, sin embargo, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) dio a conocer la cancelación de este programa, decisión tomada como parte de la orden ejecutiva del presidente Trump emitida en enero en materia migratoria
En abril de 2015, Herrera y su esposo, un salvadoreño amparado por el Estatus de Protección Temporal (TPS), hicieron los tramites para traer a sus hijos, Sandra y Francisco, de 19 y 18 años en ese entonces.
Entregaron las mismas pruebas sobre el riesgo que corrían en su país, pero las autoridades de Inmigración sólo aprobaron el refugio para Sandra, que viajó a Estados Unidos en mayo pasado, mientras Francisco se mantuvo en El Salvador a la espera de un permiso temporal para reunirse con su familia en Los Ángeles.
“Mi hijo se quedó solo en El Salvador y está aún más expuesto a ser una víctima de las pandillas. Nosotros presentamos las pruebas de cómo uno de sus primos había sido asesinado con un pica hielo”, explicó entre sollozos la madre.
En su anuncio, el DHS informó que desde el pasado 16 de agosto no ofrecerá permiso humanitario de permanencia a inmigrantes bajo el programa CAM, decisión que afecta a jóvenes como Francisco, cuyos casos ya habían sido considerados pero que aún no han viajado a Estados Unidos.
“Centenares de jóvenes se quedaron atrapados en sus países y varias familias están aún más divididas, porque a uno si le dieron refugio y otros no”, manifestó a Efe Erika López, especialista del Instituto Internacional de Los Ángeles (IILA).
Aquellos beneficiados que sí lograron ingresar a Estados Unidos con un permiso de permanencia temporal también enfrentarán problemas luego de que expire la autorización, dado que aún no se sabe si lograrán renovar su estancia legal en el país.
La Embajada de Estados Unidos en El Salvador aseguró en un comunicado que 3.030 jóvenes centroamericanos pudieron ingresar al país del norte bajo el programa CAM, de los cuales 2.447 son salvadoreños.
El diario New York Times, por su parte, informó que más de 10.000 jóvenes solicitaron el ingreso al país a través de CAM.
“La administración Trump está forzando la inmigración irregular y exponiendo a los niños y jóvenes del triángulo centroamericano a los peligros y riesgos que conlleva tratar de ingresar de forma indocumentada al país”, advirtió Salvador Sanabria, director de la organización El Rescate.
En medio de esta decepción, los defensores de los indocumentados tratan de buscar opciones para los jóvenes que quedaron varados en sus países de origen y aseguran que hay pequeñas vías legales a la que los padres pueden apelar.
El DHS, por ejemplo, tiene que notificar a los afectados que los permisos temporales de permanencia fueron revocados y desde la fecha de notificación los padres tendrán 90 días para apelar los casos, lo cual constituye “una muy pequeña” esperanza, a juicio de López.
La especialista recordó que el programa de refugio sigue vigente. “Este programa siempre ha existido, sólo que CAM hacía más fácil el acceso y además a quienes no calificaban les daba la oportunidad de viajar con un parole”, matizó.
Defensores de los inmigrantes han expresado su preocupación de que la decisión del DHS expone a un mayor riesgo del acoso de las pandillas.
“Trump ha declarado una guerra contra las pandillas, pero no se da cuenta que con la cancelación de CAM está haciendo un discurso doble y ayudando a esas pandillas a fortalecerse”, afirmó Sanabria.