NUEVA YORK, NY .- La esposa e hijas del ecuatoriano Pablo Villavicencio, que mañana afronta una audiencia en una corte federal de Nueva York sobre su orden de deportación, pidieron hoy al juez que permita al repartidor de pizza arrestado en una base militar regresar con su familia.
Sandra Chica, ciudadana estadounidense de origen colombiano, con la que Villavicencio tiene dos hijas, pidió al juez entre lágrimas que “se toque su corazón” y permita que Villavicencio regrese a casa con sus niñas Luciana, de 4 años, y Antonia, de 3, durante una conferencia de prensa en la Alcaldía.
Reclamó al magistrado que “tenga en cuenta que no ha hecho nada malo, que le permita sacar adelante a sus hijas, verlas crecer”.
El presidente del Concejo municipal de Nueva York, Corey Johnson, así como activistas y su abogada Jennifer Williams se unieron hoy a la petición de libertad al tribunal federal en Manhattan, donde mañana se realizará la audiencia del ecuatoriano, de 35 años.
A Villavicencio, detenido el pasado 1 de junio y que está en una cárcel de Inmigración en Nueva Jersey, se le pidió una identificación al llegar a la base militar en el distrito de Brooklyn y mostró el carné municipal que otorga la ciudad de Nueva York, que no es reconocido por las autoridades federales.
Villavicencio, que emigró a EE.UU. en el 2008, solicitó asilo en el 2010 que le fue negado, tras lo cual se emitió una orden de deportación voluntaria, que no cumplió.
El pasado febrero solicitó su residencia permanente por estar casado con una ciudadana estadounidense, pero fue detenido por Inmigración.
Una jueza federal evitó que fuera deportado, tras gestiones de sus abogados, pero ordenó que permaneciera en prisión hasta tanto se llevara a cabo la audiencia.
Chica, quien reiteró “lo duro” que ha sido ser madre y padre y tener que dar explicaciones a sus niñas, indicó además que ve a su esposo los sábados, sólo media hora, aunque hablan por teléfono dos o tres veces al día.
Aseguró que está esperanzado, pero que “tiene miedo” de no volver a ver a sus hijas, debido a la política, que considera “cruel e inhumana” del Gobierno de separar familias.
Por su parte, Williams, abogada de oficio, se mostró esperanzada en que su cliente sea liberado por el juez, a quien presentarán argumentos de que el inmigrante ha trabajado para mantener su familia, pagado sus impuestos, no tiene antecedentes penales y no representa peligro para el país o la comunidad.
No obstante, señaló que muchas cosas pueden ocurrir en la audiencia, como que el juez decida trasladar el caso a Nueva Jersey, donde está detenido bajo custodia de la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), pero no mencionó la posibilidad de que valide la orden de deportación.
Mientras, el líder del Concejo municipal, que ha estado apoyando a Chica durante este proceso, pidió también al juez por su liberación y aseguró que tener detenido a Villavicencio “no hace a nuestro país más seguro”.
Destacó que el ecuatoriano cumplió con lo que las autoridades federales piden a inmigrantes, al solicitar su residencia permanente, el pasado febrero. “Es ridículo”, afirmó, que ahora lo quieran deportar.
Luciana, la niña de cuatro años del ecuatoriano, también dejó escuchar su voz, como ha hecho antes, al reclamar que quiere a su padre de regreso. “Quiero a mi papá en casa todos los días. Quiero que esté porque cuando lo visitamos llora mucho”, dijo la niña.