WASHINGTON, DC.- El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, ordenó ayer destinar a fiscales y jueces para que asuman con rapidez los casos de los indocumentados que lleguen al país con la caravana migratoria.
“He ordenado a nuestros fiscales en la frontera que tomen medidas inmediatas para asegurar que tenemos suficientes fiscales disponibles. También he ordenado que destinemos a los jueces de inmigración necesarios para los casos que puedan surgir de la ‘caravana'”, dijo en un comunicado Sessions.
Estos jueces y fiscales estarán encargados de tramitar las detenciones y expulsiones de los inmigrantes, un proceso que normalmente puede tardar años, tiempo en el que los inmigrantes suelen estar autorizados a trabajar en Estados Unidos.
El fiscal general advirtió, asimismo, que “no hay derecho a pedir entrada sin justificación” y que “aquellos que mientan o cometan fraude serán procesados con todo el rigor de la ley”.
Antes del anuncio de Sessions, el Gobierno de EE.UU. ya había avisado que llevará ante la Justicia a los integrantes de la caravana que crucen la frontera sur.
“El presidente está vigilando la situación. Una nación soberana que no puede defender su frontera no será una nación soberana durante mucho más”, afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.
Además, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, también anunció hoy que el Gobierno está tomando una serie de medidas para garantizar que todos los casos migratorios se resuelvan lo antes posible en los tribunales.
Entre otras cosas, Nielsen anunció el envió de funcionarios del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) para que tramiten los casos de asilo y de abogados del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), encargado de detener a los indocumentados.
La secretaria de Seguridad Nacional invitó a las personas que están buscando asilo a reclamarlo en “el primer país seguro en el que ingresen, incluido México”.
Medios estadounidenses informaron de la llegada la semana pasada a California de 50 miembros de una caravana de inmigrantes centroamericanos que durante semanas recorrió México y acabó oficialmente su recorrido a principios de abril en Ciudad de México.
La caravana llegó a estar compuesta por 1.500 personas y, coincidiendo con su avance, Trump ordenó el despliegue en la frontera con México de la Guardia Nacional, un cuerpo de reserva de las Fuerzas Armadas que actualmente tiene unos 900 miembros en la zona limítrofe, según datos oficiales.