Phoenix, AZ.- La administración Trump, que no baja la guardia en sus políticas antiinmigrantes, ha convertido el DIU (sigla en inglés de Conducir bajo Influencia de alcohol o drogas) en una herramienta “exprés” de deportación, según opinan juristas, activistas y también afectados directos.
Las autoridades migratorias están endureciendo los arrestos de inmigrantes con récord de violaciones por conducir en estado de ebriedad, no importa si fueron detenidos por una infracción menor o si fue en el pasado cuando ocurrió alguna detención por DUI, explicó a Efe Daniel Rodríguez, abogado en Ley de Inmigración y Derecho a la Familia en Arizona.
“Un DUI mata un caso de inmigración. Para la corte, el individuo se vuelve un peligro para la comunidad y un caso criminal y las autoridades se enfocan más en el perfil racial para negar la fianza”, describe Rodríguez.
Este jurista apunta además que los detenidos inmediatamente son canalizados al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
“Una vez que el inmigrante está dentro del centro de detención, tiene menos posibilidades de pelear su caso para detener su deportación”, asegura.
Rodríguez contrasta que, “bajo la administración de (Barack) Obama, un DUI reciente era prioridad de deportación, pero en la de Trump todo se volvió prioridad, no importa si (el inmigrante) fue detenido hace años”, detalló.
Este es el caso de Norberto Torres, a quien recientemente lo detuvieron por exceso de velocidad. La policía se percató de que hace 10 años Torres fue detenido por un DUI y por este motivo lo “canalizaron” a un centro de detención.
“Actualmente tengo dos opciones: ir a la cárcel o ser deportado. En cualquiera de los dos casos me tengo que declarar un peligro para la sociedad y salir del país”, expuso.
El hispano, propietario de una mueblería, anotó que, en cambio, tiene “un sobrino ciudadano (estadounidense) que lleva cuatro detenciones por ebriedad y no lo juzgan como un indocumentado. Yo ni siquiera soy reincidente”, enfatizó a Efe Torres.
En las últimas semanas, varios operativos realizados por ICE en todo el país han dejado un saldo de 1.191 arrestos de inmigrantes, cuyas huellas dactilares forman parte del Buró Federal de Investigación (FBI).
Bajo el nombre de “Operación calles seguras” se ha buscado detener a inmigrantes indocumentados con antecedentes por manejar bajo la influencia de alcohol, de acuerdo con el director adjunto de campo de investigación de ICE en Boston, Todd Michael Lyons.
“Estas personas estaban siendo pasadas por alto. Manejar bajo la influencia es una amenaza peligrosa, independientemente del país de origen. Es un crimen aún más perturbador cuando es cometido por alguien que no tiene el derecho legal de estar en este país”, señaló Lyons al dar a conocer el procedimiento.
Debido a estos operativos, que han dejado como resultado cientos de detenciones, la “deportación voluntaria” para evitar más problemas legales es una opción que ofrecen las autoridades migratorias.
El mexicano Rómulo Estrada entró legalmente al país con una visa de trabajo, un permiso que con el paso del tiempo venció.
Luego tuvo dos detenciones por DUI en Phoenix, Arizona, por lo que un juez le dio la opción de la “deportación voluntaria” para evitar enviarlo a un centro de detención.
La propuesta le dio la oportunidad de vender sus propiedades en Estados Unidos y arreglar sus cuentas para regresar a México. Pero la mayoría de los detenidos busca pelear su caso y quedarse en el país.
Con 12 años viviendo sin “papeles” en Tempe, también en Arizona, otro inmigrante, Alberto Ortiz, hace cuatro meses se encuentra en un centro de detención tras ser sorprendido con aliento alcohólico. Ortiz narró a Efe que ha gastado más de 10.000 dólares en abogados, sin obtener a fin de cuentas una fianza.
“Los detenidos por DUI contratan abogados y puede que encuentren algún recoveco legal que los pueda ayudar, pero si no están amparados legalmente y los detienen por alcohol o drogas…es una sentencia casi absoluta de deportación”, señaló la activista y experta en inmigración Carmen Cornejo.
Cornejo mencionó que el DUI siempre ha existido como una herramienta de deportación por parte de ICE, pero “tiene variables que suben y bajan de acuerdo con las administraciones”.