CHICAGO.- Más de 15.000 extranjeros se convirtieron en ciudadanos de Estados Unidos en el Día de la Independencia, una jornada que llama a la reflexión sobre el aporte de los inmigrantes a la nación en momentos en los que el discurso anti inmigrante del Gobierno de Donald Trump es cada vez es más duro.
Desde el primer 4 de julio, Estados Unidos se ha convertido en el hogar de millones de inmigrantes que llegaron al país en busca del “derecho inalienable a la vida, la libertad y la felicidad” que establecieron los fundadores de la nación en la Declaración de Independencia.
En esa proclama, los firmantes acusaban a Gran Bretaña de obstaculizar las “leyes de naturalización de extranjeros y negándose a aprobar otras que alienten las migraciones en el futuro”.
En la actualidad, el Congreso firma leyes para evitar la llegada de inmigrantes al país y desde la Casa Blanca se eleva el tono en su discurso contra los indocumentados y se planea construir un muro en la frontera con México.
En vísperas de estas celebraciones, el presidente apoyó públicamente la pasada semana las leyes aprobadas por la Cámara de Representantes para incrementar las penas de prisión para los indocumentados o retener fondos federales a las “ciudades santuario” que los protegen.
Desde que anunció su intención de ser candidato a la Presidencia en 2015, Trump hizo del tema migratorio uno de los pilares de su encendida retórica, que, según han denunciado activistas, ha contribuido al aumento de los crímenes de odio racial en el país.
Para Oscar Chacón, director ejecutivo de Alianza Américas, este “ultranacionalismo” de Trump ante el tema migratorio es preocupante, por sus políticas para deportar a millones de indocumentados, prohibir el ingreso de refugiados y musulmanes, y levantar muros.
El 4 de Julio es el día que recuerda que Estados Unidos ha sido una nación de inmigrantes desde su fundación, hace 241 años, por lo que es un “deber patriótico abrazar el amor en lugar del odio”, y encontrar maneras de construir juntos, declaró a Efe.
En opinión de Frank Sharry, director ejecutivo del grupo America’s Voice, esta “radicalización” de Trump es algo “sin precedentes en los tiempos modernos”.
“Él ve a los inmigrantes como criminales y una amenaza, y su Administración los trata de manera cruel y caótica”, declaró en un comunicado.
Para el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, el discurso antiinmigrante que se escucha en el país, y en la Casa Blanca, no debe impedir el reconocimiento de “los valiosos aportes de los inmigrantes a nuestra nación”.
“Es la historia de nuestro país, una parte intrínseca de nuestro carácter nacional, de nuestra grandeza”, señaló hoy en un mensaje dirigido a los cuatro de cada diez neoyorquinos que nacieron fuera de EE.UU.
“Los inmigrantes son un elemento fundamental para el éxito de la ciudad de Nueva York”, afirmó.