WASHINGTON, DC.- La violencia y el sufrimiento detrás de la migración centroamericana son los elementos que reinan en “El hábito de la mordaza”, una novela gráfica sobre las pandillas realizada por el hondureño Germán Andino que desmantela la narrativa del “sueño americano”.
“No ha habido una cosa tan maligna como llamar a lo que se supone que los inmigrantes perciben como ‘sueño americano’. Llamarle así implica un componente de decisión y oculta la parte de que la gente huye de esos países”, argumentó en una entrevista con Efe Andino, que expone su cómic en la Universidad de Michigan.
Para el ilustrador, actualmente afincado en Bilbao (España), este concepto del “sueño” y los “soñadores” significa que las autoridades de Estados Unidos no tengan que responder a estos migrantes como demandantes de asilo: “No se ven en la obligación de llamarles refugiados”.
“Se tiene una idea errónea de los motivos por los que la gente migra en Centroamérica”, aseguró.
El primer capítulo del proyecto,”Transformar números en barcos pirata”, narra la historia de los pandilleros en Honduras, concretamente en Tegucigalpa, desde la óptica de un joven maltratado por su padre y que termina formando parte de este mundo.
Escondiéndose bajo la mesa para dibujar, Isaac, el protagonista, disfrutaba de la soledad cuando su padre le enviaba a dormir a la calle mientras abofeteaba a su madre. Como pandillero terminó heredando de su padre una de las frases que marcó su infancia: “Elige, ¿con dolor o sin dolor?”.
El joven, envuelto en este entorno de violencia, acabó dibujando en la piel de los mareros para salvarles la vida después de que los tatuajes se convirtieran en una “sentencia de muerte” de cara a las autoridades.
En esta línea, Andino profundiza con él en el mensaje de que no todo es “blanco o negro, malo o bueno”, sino que hay grises en todos los ámbitos.
“Dentro de la gente mala hay gente buena y dentro del grupo de la gente buena también hay gente mala”, comentó a Efe el dibujante, que rechaza ser identificado como periodista o artista.
El cómic, que se extiende a lo largo de cien metros de viñetas, es el resultado de cientos de entrevistas realizadas entre 2012 y 2016, de las que algunas servirán para los próximos capítulos de “El hábito de la mordaza”, que constará de tres en total y del que solo se ha publicado y expuesto el primero.
Este trabajo, el primero de los episodios, ganó el premio de innovación de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) el pasado septiembre, tras ser publicado por el diario “El País México”, en la versión digital y acompañado por audios de sus entrevistas.
Andino avanzó a Efe que los próximos episodios ampliarán la atmósfera a otros países después de que el primero estuviera ambientado en las calles hondureñas de Tegucigalpa, pese a que la investigación de Andino ha proseguido también por San Pedro Sula, la segunda ciudad en importancia de Honduras.
En la obra, Andino incide en la influencia de los pandilleros californianos deportados a finales del siglo XX, que llegan a Honduras reconstruyendo sus redes.
El autor destacó que la historia de las maras difiere en función del país y que en el caso de Honduras uno de los factores determinantes fue el huracán Mitch, que en 1998 asoló Centroamérica, dejando 11.000 muertos, tres millones de damnificados y pérdidas económicas superiores a los 9.000 millones de dólares.
“El huracán Mitch destruyó buena parte del país, cambió mucho el terreno de las pandillas en Honduras y diluyó un poco la cultura californiana del pandillero”, narró a Efe Andino, quien resaltó cómo los pandilleros se sirvieron de la “impunidad” en el territorio y cómo parte de la población recurrió a las pandillas por necesidad.
Sobre los beneficios que le ofrece el cómic como medio para difundir la historia, el centroamericano enfatizó que el “acercamiento” que le permite el dibujo es “mucho más íntimo” que el que permite una cámara, pese a que esto implique estar mirando y retratando a una persona durante una o dos horas, “el trabajo de campo”.
Andino, que entra y sale de Honduras para avanzar en el proyecto, considera que en el país “cada vez la cosa va a peor”, algo que percibe mediante el contacto con algunos de los personajes de la historia y determinados barrios, que han pasado de ser “remansos de paz” a áreas de violencia.