WASHINGTON, DC.- Un grupo de legisladores demócratas, junto a representantes de organizaciones civiles, continuaron hoy su ofensiva para condenar la política de separación familiar impulsada por el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con los inmigrantes que llegan a la frontera sur.
Ante la proximidad de la festividad del Día del Padre y tras semanas de denuncias contra el recrudecimiento de la situación de los menores que son separados de sus padres, los demócratas aumentaron hoy la presión en el Capitolio, mientras buscan respaldo para dos proyectos de ley presentados para acabar con esta práctica.
“Necesitamos avergonzar a esta Administración para cambiar una política inhumana y antiamericana. Esto es algo que ha construido esta administración, no está predeterminado y está provocando miles de detenciones”, aseguró el senador demócrata Richard Blumenthal.
Blumenthal subrayó que “miles de niños están encarcelados” en EE.UU. “sin otro delito” que tratar de escapar de la persecución que sufren en sus países.
“Esto es extraordinariamente dañino. Esos jóvenes tendrán cicatrices durante años”, agregó el senador, en alusión a los graves traumas que les puede derivar sufrir esta situación.
El congresista Luis Gutiérrez aseguró que no puede imaginarse una “acción más cruel” y “más inhumana” por parte de un Gobierno que “arrancar a un niño de los brazos de su padre”.
“Es una tortura psicológica”, insistió.
“No me puedo imaginar separado de mi hija, mi nieto, y escucharlos llorar y gritar desde otra habitación y no ser capaz de alcanzarlos. Estamos dejando traumas a los niños por el resto de sus vidas”, reiteró el legislador.
Tom Jawetz, presidente de la organización Immigration Policy, relató la historia de Marco, un padre que se suicidó después de que le separaran de su hijo en la frontera.
“Voy a pasar el día del padre pensando en Marco y en su hijo, quien acaba de perder a su padre por la política innecesaria de esta administración de separar familias”, explicó el activista.
El congresista Rubén Gallego reiteró que “hay padres que no saben cuándo volverán a ver a sus hijos”, algo que ocurre únicamente a causa de las directrices del Ejecutivo.
“Si eres un padre, demócrata o republicano, te tienes que hacer oír, decir que no es así como hacemos las cosas, que esto no es lo que somos (como país)”, insistió Gallego.
Precisamente hoy, durante el Desayuno Nacional de Oración Hispana, la líder de la minoría demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tachó la política de “bárbara”.
“Sobre la política bárbara e inaceptable de arrancar a los niños de los brazos de sus padres en la frontera… bárbaro. Eso no es estadounidense. No está basado en la fe”, reiteró Pelosi.
A principios del mes de mayo, el fiscal general del país, Jeff Sessions, anunció que el Departamento de Justicia presentará cargos penales contra todos los extranjeros atrapados cruzando la frontera ilegalmente, un esfuerzo que pretende frenar la inmigración ilegal.
Esto enviaría a los padres a custodia penal y a los niños a refugios financiados con fondos federales supervisados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, en inglés).
Las regulaciones, elaboradas por los departamentos de Seguridad Nacional y Justicia, proporcionarían nuevas reglas sobre cómo deberían tratarse los niños detenidos, reemplazando efectivamente un decreto de consentimiento de 1997, que, junto con dos leyes federales más recientes, guía esas decisiones.
En este sentido, los defensores de derechos humanos dicen que las regulaciones incluyen cambios que podrían erosionar varias protecciones importantes de bienestar infantil, incluyendo el sufrimiento derivado de la separación familiar.