SAN SALVADOR.- La cifra de salvadoreños reinscritos a la última prórroga del Estatus de Protección Temporal (TPS) en Estados Unidos, beneficio migratorio que acabará en septiembre de 2019, alcanzó hasta el 31 de enero los 14.500, informó un portavoz de la Cancillería de El Salvador a Efe.
Los datos surgen del registro que lleva la red de consulados salvadoreños en el país norteamericano y supone la reinscripción de 4.304 personas más desde el 27 de enero pasado, cuando sumaban 10.196.
Por otra parte, estos salvadoreños solo representan más del 7 por ciento de las 190.000 cobijados por el TPS y que tienen hasta marzo próximo para renovar el beneficio migratorio que evita su deportación y les permite trabajar en EE.UU.
El pasado 8 de enero, el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la suspensión del TPS para los salvadoreños, decisión que envuelve un drama social y humano, con familias que se enfrentan a una separación.
También tiene un matiz económico, porque las remesas que envían sostienen buena parte de la economía de su país, situación que la agencia de medición de riesgos Moody’s advirtió recientemente.
El jefe de misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el Triángulo Norte de Centroamérica, Jorge Peraza, dijo recientemente en una entrevista con Efe que el Congreso de EE.UU. debe legislar para evitar la desintegración de las familias de estos miles de salvadoreños.
“Debiera ser el principio de una legislación migratoria proteger a esas unidades familiares (…) porque estamos hablando de familias mixtas, que incluyen a estadounidenses”, señaló el representante de la OIM.
Señaló que entre las familias de esos salvadoreños, que quedarán a la sombra de la deportación en 2019 con el fin del TPS, están más de 196.000 hijos con nacionalidad estadounidense que, de no existir otra forma de regular la situación migratoria de sus padres, vivirán el drama de la separación.
En su primer discurso sobre el Estado de la Unión el pasado 30 de enero, Trump pidió a los demócratas y republicanos que trabajen juntos en el Congreso para aprobar una reforma migratoria y crear un “sistema migratorio seguro, moderno y legal”.