SAN DIEGO, CALIFORNIA.- Centenares de inmigrantes esperan ver procesadas sus solicitudes de asilo por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) desde hace tres semanas en el cruce fronterizo de San Ysidro (California), a pesar que la agencia no cuenta con la capacidad para procesar todas las peticiones.
Un portavoz de CBP confirmó a Efe que esta dependencia no tiene la capacidad para procesar lo que estiman son cientos de peticiones de asilo recibidas en esta garita, en su mayoría emitidas por mexicanos y centroamericanos, y entre los que se cuentan familias enteras.
“En este momento, las instalaciones en los puertos de entrada de San Diego se encuentran a su máxima capacidad. No podemos traer a más personas a nuestras garitas para ser procesadas hasta que los individuos que ya se encuentran en ellas sean transferidos”, ha explicado la agencia en un comunicado.
Muchos de estos inmigrantes, que desde las últimas semanas esperan en los exteriores del cruce fronterizo, en el lado mexicano, en Tijuana, han preferido mantenerse en el lugar y en ocasiones bajo un inclemente frío.
Personal de la oficina de CBP en esta garita, adelantó que muchos de ellos no serán elegibles para ingresar al país.
Durante el año fiscal 2017, entre octubre de 2016 y septiembre de 2017, más de 31.000 solicitudes presentadas en el sector de San Diego fueron rechazadas y en lo que va del presente año fiscal se ha hecho lo propio con 2.209 peticiones y con casi 9.400 efectuadas en toda la franja fronteriza, según datos de CBP.
CBP enfatizó que “nadie ha sido rechazado” en los puertos de entrada y que los oficiales continúan procesando a quienes ingresan al país “lo más rápido posible”.
Según los protocolos de esta agencia, los inmigrantes que solicitan asilo son cuestionados en las instalaciones de la misma garita y si se determina que son inadmisibles son puestos bajo custodia de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).
Conforme CBP libera espacio para analizar las solicitudes de asilo los inmigrantes son llamados en grupos de diez o treinta. En ocasiones pasan horas sin que se pueda recibir a más inmigrantes, indicó un miembro del personal de seguridad apostado en el lado mexicano.
Para facilitar el proceso, las autoridades mexicanas llevan a los inmigrantes a albergues donde son llamados y evitan así las esperas en medio de las bajas temperaturas.
No obstante, muchos no confían en el sistema y por temor a perder su lugar han optado por esperar en los exteriores de la garita, algunos incluso desde Navidad y pese a que han sido advertidos por autoridades mexicanas que sólo serán escoltados al cruce internacional conforme el orden de llegada.
Un inmigrante mexicano, originario de Michoacán y que solicitó ser identificado como “Abel”, arribó hoy al cruce junto a su familia y dice que están dispuestos a esperar “lo que sea necesario”, pues regresar a casa no es una opción ya que sus vidas corren peligro.
Luego de que su hijo recibiera amenazas de muerte por parte de integrantes del crimen organizado, de la noche a la mañana la familia metió lo necesario en maletas, como documentos y chaquetas, y se dirigieron a la garita.
Desde hace 16 años Abel ha trabajado por temporadas en Estados Unidos con permisos de trabajo, los cuales ya han vencido, y ahora tiene esperanza de que el Gobierno le concedan refugio tanto a él como a su esposa e hijo.
“Si no me dejan entrar no sé qué voy a hacer”, confiesa el inmigrante dedicado a la jardinería. “Sólo se que para Michoacán no regreso”, agregó.
Pedro Ríos, director del Comité de Amigos Americanos en San Diego, calificó la situación de atípica y un indicio de que próximamente podrían llegar más inmigrantes a la frontera para solicitar refugio.
“Por lo que conocemos nosotros, regularmente durante esta temporada los números de migrantes que vienen cruzando no son de grandes cantidades, como lo que se ha registrado ahora”, comentó a Efe.
Las autoridades mexicanas creen que esta llegada masiva se debe a las condiciones de violencia que enfrentan los países de origen de los inmigrantes, o a que los coyotes les hacen creer que sólo con pedir asilo tendrán ingreso a Estados Unidos.