Washington, DC.- El jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, no descartó este domingo otro cierre parcial de la Administración en EE.UU. a partir del próximo 15 de febrero, fecha límite para que un comité bipartidista del Congreso logre un acuerdo sobre los fondos del Departamento de Seguridad Nacional.
“Un cierre de Administración está técnicamente aún sobre la mesa”, advirtió Mulvaney en declaraciones al programa “Fox News Sunday”, que recordó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no firmará un pacto que encuentre “inaceptable”.
“Digamos que el ala izquierda del partido demócrata prevalece en esta negociación y proponen un proyecto de ley con, digamos, cero dinero para el muro u 800 millones, un número absurdamente bajo. ¿Cómo va (Trump) a firmar eso? No puede firmarlo”, agregó.
El último cierre parcial del Gobierno, que se inició el pasado 22 de diciembre, dejó paralizada una cuarta parte de la Administración durante 35 días después de que Trump demandara más fondos para la construcción de un muro en la frontera con México.
Finalmente, Trump cedió a la presión popular y firmó un decreto que dotó de fondos hasta el 15 de febrero a la Administración, sin dinero para el muro, permitiendo así su reapertura tras el cierre parcial más largo de la historia de EE.UU.
Durante estas tres semanas, un comité bipartidista con miembros de la Cámara Baja y del Senado se encuentra negociando una solución para que no se repita otra vez la parálisis parcial.
Los republicanos y demócratas del Congreso están en desacuerdo con la solicitud de Trump de proporcionar 5.700 millones de dólares en fondos para un muro en la frontera entre EE.UU. y México.
Sin embargo, la presidenta de la Cámara Baja de EE.UU., la demócrata Nancy Pelosi, aseguró la semana pasada que confía en que la Casa Blanca y el Congreso lleguen pronto a un acuerdo que evite otro cierre parcial de la Administración antes de la fecha límite.
El acuerdo para reabrir la Administración el pasado 25 de enero supuso una victoria para la oposición demócrata, que se había opuesto frontalmente a financiar el muro en la frontera.
Por su parte, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, se mostró entonces satisfecho de que los demócratas y Trump alcanzaran un pacto, después de que varios republicanos manifestasen públicamente que era necesario reabrir la Administración.
La parálisis perjudicó a 800.000 de los 2,1 millones de trabajadores federales, que no cobraron mientras el Gobierno permaneció cerrado, aunque sí recibieron sus salarios tras la reapertura.