LOS ÁNGELES, CA.- Jóvenes centroamericanos que llegaron al país como indocumentados y permanecieron en albergues o centros de detención lideran ahora una iniciativa para escribir cartas llenas de “esperanza” y “palabras con cariño” a niños inmigrantes que actualmente están detenidos por el Gobierno federal.
“Si yo hubiera tenido alguien afuera orando por mí o pensando en mí, esto (una carta) hubiera sido una gran diferencia”, le comentaron algunos centroamericanos que fueron detenidos a Luz Gallegos, de la organización Formación para el Desarrollo Ocupacional de las Comunidades Educativas (TODEC).
La directora de programas comunitarios de este grupo de Perris (California) cuenta a Efe que la idea de redactar cartas a los niños separados de sus padres en la frontera surgió de “ellos mismos” hace un mes, cuando los medios se hicieron eco de los efectos de la política de “tolerancia cero” del Gobierno con los indocumentados.
Así, los más de 200 jóvenes de la organización comunitaria, entre ellos centroamericanos que fueron “encerrados” en el pasado en centros de detención, quisieron mostrar solidaridad con los cerca de 3.000 menores separados de sus padres por el Gobierno del presidente Donald Trump tras cruzar la frontera.
Una joven hondureña, adoptada ahora por una familia estadounidense y que por “temor” al Gobierno se identificó por el nombre ficticio de “Angélica María”, como la famosa actriz y cantante mexicana, explica que en 2016, y con 16 años, emigró sola desde Centroamérica.
Al ingresar a Estados Unidos sin documentos fue recluida por las autoridades migratorias durante nueve meses junto a otros menores que emigraron sin tutela de sus padres en el albergue “Casa Nueva Esperanza” (Texas), en donde se sintió “en total abandono”.
“Si yo hubiera recibido una cartita como esta me hubiera sentido feliz (…) pero durante el tiempo en que estuve ahí no recibí nada”, lamenta la joven, quien redacta ahora cartas llenas de “cariño” y decoradas con crayolas.
Expresar con letras y dibujos el afecto a los chicos separados de sus padres “es muy importante, porque así se les hace entender que no están solos, para que no se depriman”, asegura.
“No pierdan las esperanzas”, porque “algún día van a salir de ese centro, así como yo un día salí de ahí”, les aconseja.
El Gobierno tiene una orden judicial de devolver a estos 3.000 menores a sus padres antes de la medianoche del día 26, pero hasta este jueves le quedaban cerca de 2.000, aunque ya anticipó que unos 900 no serán entregados a sus progenitores pues estos ya fueron deportados o representan un peligro para ellos, entre otros motivos.
Pensando en todos ellos fue que estos jóvenes inmigrantes pensaron para crear una iniciativa que ha tenido repercusión en redes sociales y TODEC recibe misivas desde Nueva York, Nueva Jersey, Utah y Arizona, entre otros estados, e incluso desde países como España.
La mexicana Oralia Juárez dice que sus cuatro hijos, todos estadounidenses, escriben cartas para hacer saber a los menores detenidos que piensan en ellos y que “hasta los niños los están apoyando”, lo que, seguro, tiene un “efecto positivo”.
Gallegos cuenta que decenas de estudiantes les visitan para escribir cartas y les ofrecen todo lo necesario: papelería, sobres, bolígrafos, lápices de colores y coloridas calcomanías.
El pasado día 5, la directora de TODEC encabezó una delegación que llevó las primeras 2.000 cartas a un centro de detención de menores inmigrantes en San Diego, en el sur del estado.
Y para el día 12 ya tenían 2.000 misivas más que llevaron a los menores detenidos en Casa Padre, en Texas, y tiene muchas más que entregarán las próxima semana a Arizona.
A la directora de TODEC le ruedan las lágrimas cuando lee algunas de las casi 6.000 cartas que ha procesado hasta hoy.
“Es un impacto grandísimo” y los millares de cartas indican que, “en una nación que está totalmente dividida, el amor triunfa”, asegura sin dudar.