México, 27 nov (EFE).- La vida y la seguridad de las personas LGBTI de El Salvador, Guatemala y Honduras están expuestas a un peligro cada vez mayor porque las autoridades de sus países no las protegen, dejándolas sin otra opción que huir y enfrentar más peligros en México, denunció hoy Amnistía Internacional (AI).
El informe “Sin lugar que me proteja” revela “el peligroso viaje al que se enfrentan las mujeres trans y los hombres gais refugiados que huyen debido al vertiginoso aumento de los niveles de discriminación y violencia por motivos de género en El Salvador, Guatemala y Honduras”, señaló AI en un informe.
En este documento se describen los peligros que enfrentan el colectivo lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) por parte de las bandas criminales y de miembros de las fuerzas de seguridad.
El informe también acusa a las autoridades mexicanas de no proteger a estas personas frente a las violaciones y los abusos que sufren durante su viaje a través del país.
Además, hace hincapié en las “insoportables experiencias que viven cuando son recluidas en el marco de la detención prolongada y sistemática de personas migrantes en Estados Unidos”.
“En Centroamérica hay personas que sufren una terrible discriminación por su identidad de género, y no tienen absolutamente ningún sitio al que huir en busca de seguridad”, afirmó la directora para las Américas de AI, Erika Guevara-Rosas.
“En sus países viven aterrorizadas y, cuando tratan de hallar refugio en el extranjero, sufren abusos; se cuentan actualmente entre las personas refugiadas más vulnerables de las Américas”, agregó.
El Salvador, Guatemala y Honduras tienen unas de las tasas de homicidio más altas del mundo: de 81,2 por cada 100.000 habitantes en El Salvador; 58,9 en Honduras, y 27,3 en Guatemala, según cifras oficiales.
La mayoría de las personas refugiadas y solicitantes de asilo que hablaron con AI denunciaron la discriminación constante y los niveles de violencia que sufrían en sus países.
Entre ellas, “agresiones físicas y extorsión económica a manos de bandas criminales, y asesinatos les hicieron sentir que no tenían más opción que huir”, indicó la agrupación.
Además, los elevados niveles de impunidad y corrupción en sus países “hacen improbable que las autoridades castiguen a los responsables de crímenes contra las personas LGBTI”.
Según la ONG hondureña Cattrachas, 264 personas LGBTI perdieron la vida de forma violenta en el país entre 2009 y 2017, y la mayoría de casos no fueron investigados.
El informe recoge historias como la del hondureño Carlos, quien huyó a México tras ser agredido violentamente y amenazado de muerte por pandilleros por ser gay.
“La mayoría de las personas entrevistadas para el informe afirmaron haber seguido sufriendo discriminación y violencia – incluso por parte de funcionarios públicos- en México”, apuntó el texto.
Según un estudio del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, dos tercios de las personas refugiadas LGBTI de Centroamérica con las que habló en 2016 y 2017 habían sufrido violencia sexual y de género en México.
“Muchos hombres gais y mujeres trans también contaron a AI que en ningún momento se los informó adecuadamente sobre su derecho a pedir asilo en México”, denunció.
Por ejemplo, a Carlos, estando en México, unos agentes de inmigración trataron de disuadirlo de presentar una solicitud de asilo. A pesar de ello, finalmente la presentó y sigue a la espera.
“Varias mujeres trans que lograron sobrevivir al peligroso viaje a través de México y cruzar la frontera de EE.UU. se quejaron del trato recibido bajo custodia. Otras fueron deportadas desde Estados Unidos y México y devueltas a sus países, a la pesadilla de la que desesperadamente trataban de escapar”, denunció AI.