Tapachula, México.- El aumento de la vigilancia en la frontera sur de México no impide el flujo de migrantes, especialmente de Centroamérica, que han optado por viajar por rutas secundarias rumbo al norte en busca de su sueño americano.
Después de cuatro años en los que el tren de carga llamado “la Bestia” no era utilizado como medio de transporte por los migrantes, nuevamente cientos de mujeres, hombres y niños han vuelto a tomarlo; los migrantes esperan día y noche la salida del convoy.
Otros han recurrido a bordear la costa del Océano Pacífico o avanzar por brechas entre los cerros arriesgándose a ser presas de traficantes de humanos, comúnmente llamados “polleros”.
Los traficantes los transportan en camiones en mal estado, recorriendo a gran velocidad las rutas montañosas donde pueden sufrir accidentes, como se han registrado en últimas fechas, para luego abandonar a los migrantes a su suerte.
Según el Instituto Nacional de Migración (INM), en la frontera sur se presentaron en abril 20.596 extranjeros solicitando visa humanitaria y fueron devueltos 14.970 a sus países de origen, entre ellos haitianos, cubanos y centroamericanos que se encontraban de manera irregular en el país.
En las estaciones migratorias se han presentado fugas de indocumentados resguardados, como ocurrió en dos incidentes registrados en días recientes en la estación migratoria Siglo XXI en Tapachula y uno más en la de Comitán, ambas en el suroriental estado de Chiapas, donde cientos de cubanos y centroamericanos abandonaron las instalaciones de manera intempestiva.
Muchos cubanos han denunciado que el INM violenta sus derechos humanos y que dentro de la estación de Tapachula la convivencia es insostenible.
Asimismo, existe una sobrepoblación que provoca que el área sea insalubre, además de que la atención médica es insuficiente, lo que se suma a los constantes conatos de violencia.
La última fuga de la estación Siglo XXI se registró este domingo de madrugada, cuando de acuerdo con el INM un grupo personas de nacionalidad cubana “promovió una salida no autorizada de las instalaciones”.
“El personal del Instituto evitó la confrontación, actuando de manera prudente. En este hecho, 90 personas salieron sin autorización de la estación migratoria”, expuso la dependencia, y añadió que “se registraron daños menores en el inmueble y el INM está realizando las denuncias penales correspondientes”.
A raíz de las fugas, autoridades del INM continúan realizando operativos de búsqueda y refuerzan por dentro y por fuera la seguridad de las instalaciones.
En vista de la deportación de cientos de sus compatriotas, algunos cubanos varados desde hace cuatro meses en la frontera sur han solicitado el asilo en México, ya que no pueden regresar a su país por temor a ser enjuiciados.
Por otra parte, organizaciones sociales como Voces Mesoamericanas han recomendado al Gobierno mexicano hacer cambios en su estrategia migratoria para no repetir modelos viejos que favorecen la persecución y la criminalización de las personas migrantes necesitadas de protección.
En un comunicado expresaron “un profundo rechazo” y exigieron que “se retire de esta estrategia la catalogación de los ‘flujos migratorios descontrolados’ como la primera amenaza y riesgo a la seguridad nacional, como expresión genérica, ambigua y directamente criminalizante hacia las personas migrantes y solicitantes de asilo”.
Argumentaron que “esta visión contribuye a justificar actos de autoridad que incluso pueden llegar a constituir graves violaciones a derechos humanos como tortura y desaparición forzada, contribuyendo a la vez a que se fortalezcan dentro de la sociedad sentimientos y acciones xenofóbicas”.