WASHINGTON, DC.- Una treintena de activistas protestaron ayer ante la Casa Blanca tras caminar 1.100 kilómetros desde Chicago contra las políticas migratorias del presidente estadounidense, Donald Trump.
Los activistas salieron de Chicago el pasado 28 de abril para reclamar el fin de las deportaciones de inmigrantes y residencia permanente para los beneficiarios de los Estatus de Protección Temporal (TPS) recientemente derogados por Trump.
También pedían una solución para los “soñadores” o “dreamers”, así como la desmilitarización de la frontera con México.
Ante la Casa Blanca, los activistas realizaron una protesta con mariachis y con un ataúd en memoria de Claudia Patricia González, inmigrante guatemalteca muerta a tiros por un agente fronterizo estadounidense hace unos días.
También por Roxana Hernández, una transexual hondureña muerta en un centro de detención para inmigrantes.
“Nosotros responsabilizamos a la administración de Donald Trump (de sus muertes), que representan las muertes de muchas otras familias mexicanas y centroamericanas”, dijo a Efe el pastor anglicano José Landaverde, que participó de la marcha.
Landaverde explicó que la marcha de 35 días desde Chicago fue dura y pesada y denunció que a su paso por el estado de Ohio atravesaron pueblos “controlados por supremacistas blancos y el Ku Klux Klan” y que recibieron amenazas.
En Washington, los activistas fueron recibidos por algunos congresistas demócratas.