La residente de Arizona Guadalupe García de Rayos confesó que se sintió como “una criminal” cuando fue deportada a México tras vivir 21 años en Estados Unidos, país en el que deja a sus dos hijos menores de edad.
En una conferencia de prensa telefónica desde un albergue en Nogales, en el estado mexicano de Sonora, la mujer señaló que cuando la pasada noche fue trasladada en auto encubierto del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos se sintió como el narcotraficante mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
“Tenía mucho miedo cuando fui ante el ICE, pero no me iba a esconder, yo no quería eso”, dijo a Efe García de Rayos, indocumentada y madre de dos ciudadanos estadounidenses.
La inmigrante mexicana de 35 años fue arrestada este miércoles durante una rutinaria visita a las oficinas de ICE y en medio de las protestas de la comunidad latina que acabaron la pasada noche con la detención de siete personas.
A pesar de la deportación, en un caso que se erige en símbolo de las nuevas prioridades migratorias del gobierno del presidente Donald Trump, la mujer aseguró que seguirá luchando por un “futuro mejor” para sus hijos, aunque tenga que verlos a través de un muro fronterizo.
La indocumentada recordó que cerca de la medianoche del miércoles fue transportada en un auto encubierto y escoltada por otras dos camionetas, ante las protestas de docenas de personas que acudieron a las oficinas de ICE en Phoenix y trataron, incluso con sus propios cuerpos, de evitar su deportación.
Afirmó fue una “experiencia agridulce” ver el apoyo de su comunidad, de sus hijos, y al mismo tiempo darse cuenta que la deportarían.
“Adentro de la oficina de ICE, junto a mí, había otras personas, así que habrá muchos más deportados”, dijo la mujer, nacida en Guanajuato, México.
Indicó que por ahora se encuentra considerando permanecer en Nogales, México, para estar más cerca de sus hijos, quienes continuarán estudiando en Arizona.
Bajo las nuevas órdenes ejecutivas de Trump, migrantes como García de Rayos se han convertido en prioridad para deportación debido a un cargo que le fue presentado por trabajar con un número de Seguro Social que no le pertenecía.
La inmigrante mexicana fue el blanco en 2008 de una de las polémicas redadas migratorias del entonces alguacil del condado de Maricopa, Joe Arpaio, lo que la puso bajo un proceso de deportación.
García de Rayos recibió cargos por robo de identidad y uso de documentos falsos por trabajar con documentos migratorios que no le correspondían, lo que la puso de inmediato en un proceso de deportación.
García de Rayos se presentó este miércoles ante ICE con la esperanza de que le otorgaran más tiempo para seguir apelando su caso, pero fue detenida y deportada horas más tarde.
“Es importante que las personas que están en mi misma situación se den cuenta de lo que viene y lo que pueden enfrentar cuando se presenten a ICE”, señaló la mujer, quien esta tarde se reunió con sus hijos desde el lado mexicano.
Al mismo tiempo que García de Rayos era deportada, el nuevo secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, visitaba la frontera de Arizona y organizaciones nacionales condenaron la expulsión de la mujer.
“Apenas tenemos unas semanas desde la firma de las órdenes ejecutivas y ya estamos viendo el devastador efecto que está teniendo en vidas humanas las acciones del presidente”, dijo en un comunicado Janet Murguía, presidenta del Concilio Nacional de la Raza (NCLR).
“Es desafortunado ver el futuro que espera a muchas familias trabajadoras que contribuyen positivamente a ese país cada día. Debemos unir nuestra voz para denunciar la injusticia y no permitir que buenas personas sean atrapadas en una política de intolerancia”, agregó.
Por su parte, ICE resaltó en un comunicado de prensa que la deportación de García de Rayos es un proceso que comenzó bajo el gobierno del presidente Barack Obama y que solamente siguen con el proceso legal correspondiente.
A su vez, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México manifestó en un comunicado que “el caso de la señora García de Rayos ilustra la nueva realidad que vive la comunidad mexicana en territorio estadounidense ante la aplicación más severa de las medidas de control migratorio”.
Confirmó que el Consulado General de México en Phoenix, Arizona, en colaboración con el abogado de García de Rayos, le brindó de inmediato atención y protección consular para garantizar su integridad y el respeto de sus derechos.
“Ya nos destruyó Arpaio una vez, ahora lo hace Trump, pero vamos a salir adelante como familia”, afirmó García de Rayos, tras resaltar que los más afectados con las deportaciones son los hijos de los inmigrantes.
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