LAS VEGAS, NV.- La vida de Giselle García dio un giro dramático de 180 grados en los últimos cinco años. García tiene 23 años de edad y no aspiraba a obtener una carrera universitaria en los Estados Unidos, el único país que conoce y en donde siempre ha vivido a pesar de que nació en México.
La joven fue traída por sus padres a suelo estadounidense cuando tenía solo seis meses de nacida. Pero no fue sino hasta a 2012 que su vida al igual que la de otros casi 800 mil jóvenes en el país cambió por completo gracias a la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) emitida por el ex presidente Barack Obama. La orden ejecutiva cumplió cinco años el martes 15 de agosto desde que entró en vigor.
“Me acuerdo que lloré el día que se estableció DACA porque mi vida cambió”, dijo García con la voz quebrantada. “Gracias al programa empecé a trabajar y luego comencé a estudiar. Se me abrieron las puertas y todo ha sido mucho menos difícil desde entonces”.
El empleo que obtuvo después de conseguir el permiso de trabajo por ser beneficiaria de DACA le ha facilitado ahorrar dinero para pagar sus clases en la universidad. Poco a poco García ha sacado asignatura por asignatura para terminar su carrera en ciencias políticas en la Universidad de Nevada, Las Vegas (UNLV).
“Mi sueño es ser abogada porque quiero ayudar a los latinos y en especial a los que son indocumentados porque al igual que cualquier otra persona en este país también tienen derechos”, destacó la beneficiaria de DACA.
La joven soñadora pertenece al grupo de jóvenes que junto a sus familias alzaron sus voces en el Consulado de México en Las Vegas, en un evento que más que celebración por el aniversario de DACA, sirvió para enviar un mensaje claro al presidente Donald Trump, de que no revoque el amparo migratorio.
El mandatario aún no ha mostrado públicamente su postura ante la acción diferida. El silencio del presidente ha incrementado la angustia e incertidumbre entre los soñadores.
“Yo quiero que piense en nosotros porque la mayoría de nosotros nos trajeron desde niños a este país. Somos buenos muchachos, queremos trabajar, seguir nuestras metas y queremos ser buenos ciudadanos de Estados Unidos”, afirmó García.
La madre de García, Argelia Contreras, asegura que así como la mayoría de los inmigrantes que pisan suelo americano, ella y su esposo tomaron la decisión de emigrar a los Estados Unidos en busca de oportunidades para su única hija en aquel momento. Contreras tiene a dos hijas más que nacieron en el país. La madre recuerda que uno de los momentos más felices de su vida fue cuando se enteró que su hija mayor saldría de las sombras.
“Fue una gran bendición escuchar a Obama decir que le daría un alivio migratorio a cientos de miles de jóvenes indocumentados”, expresó la madre de familia. “Lloré, me puse de rodillas y le di gracias a Dios porque mi hija ahora podría tener las mismas oportunidades que mis otras dos hijas menores que nacieron aquí”.
Sin embargo, son muchas las personas que temen que la medida sea derogada en cualquier momento por la actual administración. No obstante, el congresista demócrata por el estado de Nevada, Rubén Kihuen, destacó que no permitirá que los casi 13 mil “Dreamers” beneficiados en Nevada y los cerca de 800 mil en toda la nación se queden sin el amparo.
“Nuestro trabajo como legisladores es de darle la voz a esos que sienten que no tienen voz. Sabemos que el programa de DACA no es una ley. Es solamente una orden ejecutiva que el presidente puede terminar en cualquier momento y quitarle este privilegio a estos jóvenes”, declaró Kihuen. “El presidente Trump tiene que entender que no son criminales, ni violadores; son jóvenes que están contribuyendo a este país. Están yendo a la escuela, están trabajando y estos son los jóvenes en quienes tenemos que invertir”.
García, mientras tanto, ve el futuro con ojos de esperanza. La joven señaló que aunque su primer idioma es el español se considera norteamericana porque su vida está aquí en los Estados Unidos. Afirmó su postura de guerrera ante los tiempos difíciles que según ella se avecinan. Pero, no pierde la fe. Al contrario, aseguró que se siente más fuerte que nunca.
“Si me quitan DACA voy a ser fuerte y no tengo planes de irme. Voy a estar aquí y voy a seguir mi vida normal. Sé que va a ser más difícil terminar la escuela, pero no me voy a rendir. ¡Sí se puede!”, precisó la joven “soñadora”.