IMPERIAL BEACH, CALIFORNIA.- Docenas de “dreamers” marcharon por la playa al muro fronterizo donde California se une a México y al Pacífico para exigir al congreso, desde este punto emblemático, la aprobación de una ley Acta del Sueño independiente a cualquier otro asunto migratorio.
Fernanda Madrigal, una “dreamer” de la ciudad de Escondido, California, quien llegó a Estados Unidos cuando era niña en el año 2000, dijo que para ella y sus compañeros la tensión ha ido en aumento desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo, “y es momento de que sus circunstancias cambien”.
“Venimos hasta la frontera porque queremos decirle al congreso que no nos use más como fichas de cambio políticas”, declaró Madrigal.
Los “dreamers” y algunos simpatizantes, unos 50 en total, caminaron cerca de una hora en la zona fronteriza y luego por la arena de la playa hasta llegar cerca de la malla que separa a California de México, donde oficiales estatales y patrulleros fronterizos les aguardaban para impedirles llegar hasta el muro.
En el trayecto, los dreamers revisaban en sus celulares si la líder de la minoría demócrata en el congreso, Nancy Pelosi, había terminado su discurso para saber qué proponía esa bancada para los jóvenes soñadores.
“Nosotros lo que estamos pidiendo es lo que llamamos un Acta del Sueño limpia, que es una oportunidad de obtener la ciudadanía, sin que venga con ningún tipo de muro, ni más refuerzos como la patrulla fronteriza o ICE”, insistió la “soñadora” de 29 años de edad.
El director del Comité de Servicios Amigos Americanos en San Diego, Pedro Ríos, quien se unió a la marcha, explicó que “hacer una acción aquí en la frontera es de mucha importancia”, por su ubicación, donde el presidente Trump prometió construir un nuevo muro.
Sostuvo que un presupuesto sin recursos para los “dreamers” los deja sin protección ante deportaciones.
Fernanda Madrigal dijo a Inmigración.com que la aprobación en el senado de un presupuesto sin que los tenga en cuenta a ellos demuestra “que los demócratas no están con nosotros, nada más nos usan cuando quieren algo, cuando quieren votos o conseguir un puesto de elección”.
Con mantas, pancartas y consignas los jóvenes caminaron la zona conocida como “El Bordo”, un área despoblada en la que solo hay presencia de la patrulla fronteriza, y por las arenas de Imperial Beach, cerca de una zona de entrenamientos de helicópteros de la marina.
La marcha fue observada por oficiales federales de protección a la vida silvestre y al final el acceso al muro fue custodiado por vigilantes estatales de parques y agentes de migración, sin que se reportaran detenciones.
Miriam, una joven soñadora que no quiso proporcionar su apellido, leyó al final de la marcha la posición del grupo.
“Me paro antes ustedes frente a un símbolo de opresión injusto e inhumano: un muro. Un muro que nos desviste de nuestra humanidad, dignidad, resistencia y deseo de perseverar. Un muro que simboliza una manifestación física de la larga historia de división en contra de la gente de color de este país”, declaró.
Dijo que se trata de “un muro construido con la intención de ignorar la violación de derechos humanos cometidas en contra de personas como nosotros”.
Al final de la marcha, Miriam dijo a Inmigración.com que ese muro al que se refirió en su lectura “es solo una parte de lo que los legisladores quieren a cambio de otorgarnos lo que ya nos pertenece”.