CHARLOTTE, NC.- Las semanas son agitadas para Moisés Serrano. Clases universitarias, presentaciones y viajes encuentran espacio en una apretada agenda que cada vez, según él, “tiene los días más cortos”.
Moisés avanza en su carrera en Política Pública en Sarah Lawrence College, en Nueva York, al tiempo que asiste a eventos y actividades en los que se expone un documental que cuenta su historia: Forbidden: Undocumented and Queer in Rural América; además viaja periódicamente al pueblo que lo vio crecer, Yadkin, en Carolina del Norte.
Este joven inmigrante de 27 años de edad, lleva 25 de ellos viviendo en Estados Unidos, desde que sus padres decidieron emigrar desde México en busca del sueño americano. Siendo aún muy pequeño vio las dificultades que enfrentaron sus padres para sacarlos adelante mientras él y sus hermanas cursaban sus años escolares.
Al graduarse de secundaria en 2007, Moisés enfrentó la cruda realidad. Por no tener un estatus migratorio no podía asistir a colegios comunitarios; para hacerlo, debía pagar hasta tres veces más la tarifa universitaria que pagan los estudiantes del estado.
“En esa época los colegios comunitarios no admitían a estudiantes indocumentados y aunque me había ganado una beca por ser uno de los mejores estudiantes de mi clase, no pude usarla. Sentí que me cerraron las puertas en mi propia cara”, dijo el soñador a Inmigración.com.
La frustración por no poder perseguir una carrera universitaria aunada a la falta de aceptación que sufría por ser homosexual, le dieron el valor suficiente para buscar un nuevo camino.
“Estaba trabajando en un lugar donde me contrataron sin mayor problema, pero ganando un salario muy bajo”, dijo. Agregó que “seguía ahí porque la vida continúa, pero no estaba resignado a quedarme ahí”.
En 2010, cuando el tema del Dream Act sonó fuerte en el Congreso, Serrano fue uno de los primeros jóvenes en el estado en despojarse del temor de revelar su verdad: ser indocumentado. Junto a un pequeño grupo comenzó a liderar las protestas en oficinas de oficiales electos, congresistas y comunidades.
Fue entonces cuando fundaron el grupo ‘El Cambio’ que sin temor alguno encaraba a los políticos. “Teníamos mucha esperanza de que pasara el Dream Act en el Congreso, pero cuando vimos que no fue así y que varios legisladores de Carolina del Norte votaron en contra de la propuesta, nos llenamos de indignación y comenzamos con más fuerza nuestra lucha”, recordó Moisés quien aún sigue abogando para lograr que se haga justicia con los ‘dreamers’.
Su doble lucha, la de conseguir la legalidad necesaria para continuar sus sueños y lograr la aceptación social por su preferencia sexual, llamó la atención de Tiffany Rhynard, una productora y directora cinematográfica que no dudó en proponerle a Moisés compartir su historia en un documental.
En este tiempo, la presión ejercida por los soñadores a nivel nacional, arrojó como resultado la Acción Ejecutiva para los Llegados en la Infancia (DACA) que firmó el expresidente Obama en 2012.
Así durante más de dos años, la vida de Moisés Serrano se grababa para concluir un proyecto que hasta la fecha ha recibido cuatro premios nacionales desde que hizo su debut en la pantalla chica en septiembre de 2017 a través de Logo TV. Además, su historia se exhibe en los vuelos internacionales de American Airlines.
Ayudando a entender la inmigración
Desde allí, su vida cambió. Además de asistir a las diferentes presentaciones de su documental y participar en los foros respectivos, Serrano continúa su trabajo de activista en todo momento.
“Constantemente me invitan a foros y reuniones comunitarias de estadounidenses que están interesados en conocer sobre la inmigración indocumentada porque saben muy poco o nada y no entienden lo difícil o casi imposible que es conseguir un estatus migratorio en este país”, comentó. Sostuvo que con estas conversaciones ha logrado, en parte, “atacar la ignorancia sobre el tema que tienen los americanos”.
“Contando nuestras historias, los soñadores tenemos una gran oportunidad de develar todos los mitos y la mala información que los estadounidenses tienen acerca de los indocumentados. Estoy seguro que a cuanta más gente lleguemos, más chances tenemos de cambiar conceptos y hasta decisiones a la hora de ir a las urnas”, dijo Moisés.
Convencido de que su historia y la de los más de 700.000 soñadores amparados bajo DACA pueden cambiar la forma de pensar de muchas personas con poder de voto, este soñador de Carolina del Norte sigue apostando a la lucha para conseguir el anhelado Dream Act.
“Ahora mismo DACA se encuentra en disputa en las cortes y no tenemos una decisión final de si se acaba o no. Pero tenemos claro que este es un programa que no resuelve nuestra situación, que no reconoce que somos y pertenecemos a este país, en el que hemos crecido, estudiado y al que queremos devolver lo que nos ha dado”, concluyó el “dreamer” Moisés Serrano.