WASHINGTON, DC.- El presidente, Donald Trump, prometió hoy que “ganará” la guerra contra las conocidas como “ciudades santuario”, aquellas que se niegan a colaborar con las autoridades federales para deportar a inmigrantes, y acusó a esas jurisdicciones y a los demócratas de “proteger a los criminales”.
Trump reunió en la Casa Blanca a legisladores y a funcionarios federales y estatales para hablar de las jurisdicciones “santuario”, unas 200 ciudades y condados que no destinan recursos a perseguir a inmigrantes y se niegan a informar a las autoridades federales del estatus migratorio de las personas detenidas.
“Vamos a ganar en esto. Debería ser fácil, pero no lo es”, dijo Trump, y prometió ir “todavía más rápido” en el combate de su Gobierno contra esas ciudades, entre las que figuran algunas tan importantes como Nueva York y Chicago, además del estado entero de California.
“Queremos tener ciudades seguras”, insistió Trump, al asegurar que los lugares santuario protegen a inmigrantes indocumentados que son “depredadores”, “violadores” y “asesinos” y colocan a ciudadanos estadounidenses “a merced de asesinos atroces”.
Trump ha tratado de privar a las “ciudades santuario” de fondos federales, destinados por ejemplo a mejorar el equipamiento de sus agentes policiales.
El presidente trató de interrumpir esos fondos mediante una orden ejecutiva, pero en octubre pasado un juez de Chicago dejó sin efecto esa orden al considerar que el presidente no puede decidir sobre presupuestos municipales.
Por tanto, Trump confió hoy en que pronto salga adelante alguna “legislación” en el Congreso que permita recortar los fondos federales a las jurisdicciones afectadas, algo que han impulsado algunos de los legisladores republicanos invitados a la Casa Blanca, como el senador Tom Cotton y el congresista Michael McCaul.
“La prioridad de los demócratas es proteger a los criminales, no hacer lo que sea correcto para nuestro país”, denunció Trump.
“Las ciudades santuario son peligrosas y vamos a ocuparnos del problema”, añadió.
El director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Thomas Homan, aseguró en el acto que las “ciudades santuario” están “llenando las cuentas bancarias de las organizaciones criminales” en México y Centroamérica, que aprovechan esas políticas para reforzar su estrategia.
Homan insistió en que el ICE quiere que esas ciudades proporcionen a los agentes de inmigración “un acceso sin restricciones a sus cárceles del condado” para poder arrestar allí a indocumentados que puedan haber cometido un crimen, en lugar de hacerlo “en las comunidades”.
“Las ciudades santuario no protegen a las comunidades inmigrantes, las ponen en peligro”, aseguró.
Por su parte, el fiscal general, Jeff Sessions, dijo que las “ciudades santuario” han “clavado un cuchillo en el corazón de las alianzas entre los estados y las localidades”, y calificó esas políticas de “irracionales” y “radicales”.
Los alcaldes de las “ciudades santuario”, la mayor parte demócratas, argumentan que las políticas del Gobierno respecto a los indocumentados son las que ponen en peligro al pueblo estadounidense, pues debilitan la cooperación entre las policías locales y las minorías hispana y afroamericana.