El Supremo de EE.UU. revisará un caso que puede alargar la detención de inmigrantes

INDOCUMENTADOS detenciones prisioneros detencionesLos inmigrantes retenidos en los centros son indocumentados que han llegado a EE.UU. de manera irregular o son extranjeros que han sido condenados por cometer algún crimen. Foto EFE/Archivo

WASHINGTON, DC.- El Tribunal Supremo de Estados Unidos acordó hoy escuchar el recurso de apelación del Gobierno del presidente, Donald Trump, sobre un caso que podría alargar el tiempo que tiene el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para detener a un inmigrante indocumentado una vez sea liberado de la cárcel.

La Administración Trump pidió revisar este caso (Nielsen contra Preap) en mayo, argumentando que la novena corte de apelaciones, con sede en San Francisco (California), se equivocó al decidir que los inmigrantes condenados pueden ser liberados después de ser descargados de la custodia penal si el DHS no interviene inmediatamente.

En un escrito de opinión de la jueza Jacqueline Nguyen, divulgado por el Tribunal Supremo, el panel confirmó que revisará este caso y sostuvo que determinará si el gobierno puede detener o no sin una audiencia de fianza a aquellos extranjeros recientemente liberados de una cárcel local.

Esta decisión llega pocas semanas después de que los jueces del alto tribunal determinaran que los inmigrantes en centros de detención no tienen derecho a audiencias periódicas que evalúen su reclusión y puedan ponerles en libertad provisional, una decisión que abrió la puerta a la detención indefinida de extranjeros.

Esa sentencia, promulgada el pasado 27 de febrero, supuso un duro golpe para los defensores de los inmigrantes, pues amplió el poder del presidente Trump en política migratoria y le otorgó una mayor discrecionalidad para mantener en centros de detención a los extranjeros sin límite de tiempo.

En Estados Unidos existen actualmente 112 centros de detención, donde miles de inmigrantes permanecen retenidos durante una media de 13 meses.

Los inmigrantes retenidos en los centros son indocumentados que han llegado a EE.UU. de manera irregular o son extranjeros que han sido condenados por cometer algún crimen.