Los rostros de los “soñadores” alzan la voz ante el Congreso

soñadores DACA dreamersEl senador por Illinois, el demócrata Dick Durbin, habla durante una concentración celebrada hoy, martes 19 de diciembre de 2017, frente a una Iglesia Metodista a apenas unos metros del Congreso en Washington, DC, que tenía las paredes cubiertas con rostros de "soñadores" con el objetivo de reivindicar, también desde el arte, que el Legislativo dé una solución a esos jóvenes indocumentados. Foto EFE

WASHINGTON.- Decenas de rostros de “soñadores” cubrieron hoy las paredes de una Iglesia Metodista a apenas unos metros del Congreso con el objetivo de reivindicar, también desde el arte, que el Legislativo dé una solución a esos jóvenes indocumentados.

De la mano de Inside Out Project, un grupo de arte colaborativo, las grandes imágenes de las caras de algunos de esos jóvenes presidieron hoy las palabras de senadores y activistas por la defensa de sus derechos y representaron la diversidad y la unidad que conforma Estados Unidos.

“La única forma en que nos podamos ir a casa es aprobar un Dream Act”, dijo el senador demócrata por Conneticut Richard Blumenthal, en referencia a la urgencia de los “soñadores” por lograr una legislación que regule su situación migratoria antes de que concluya el año.

“Se lo debemos a los soñadores. Y lo más importante, o lo que es lo mismo, tenemos que hacerlo para nuestro país”, agregó el senador, al insistir en que estos jóvenes, que llegaron a Estados Unidos siendo niños, lo sienten como su única nación.

El Gobierno del presidente Donald Trump anunció el 5 de septiembre el fin de DACA, un programa impulsado por orden ejecutiva de su predecesor, Barack Obama, por el que otorgaba a más de 800.000 jóvenes indocumentados alivio a la deportación y permiso de trabajo.

Aunque la suspensión del programa no entrará en vigor hasta el 5 de marzo de 2018, periodo en el que el Congreso debe aprobar una ley para aclarar la situación de los “soñadores”, estos temen que si no se logra firmar antes de fin de año, los cientos de miles de afectados puedan ser susceptibles de deportación y separados de sus familias.

Sin embargo, el Congreso se encuentra actualmente dividido entre los demócratas, unidos para regularizar la situación de estos jóvenes, y la mayoría de los republicanos, que condicionan su ayuda a la obtención de fondos para reforzar la seguridad en la frontera.

Entre los demócratas que apoyaron hoy el acto de reivindicación, también se sumaron las senadoras Kamala Harris (California) y Kirsten Gillibrand (Nueva York); y los senadores Cory Booker (Nueva Jersey) y Mike Durbin (Illinois).

“Os urjo a todos vosotros a que habléis, a que contéis vuestras historias. Y lo más importante, que llaméis a vuestros congresistas”, recordó Gillibrand ante los jóvenes allí congregados y quienes los apoyan para continuar ejerciendo presión sobre el Congreso.

Booker, por su parte, señaló que la aprobación del Dream Act no se trata de “ningún acto de caridad”, y reiteró que Estados Unidos “necesita a estos jóvenes bajo el punto de vista de cualquier análisis”, en referencia a su aporte a la economía estadounidense y al tejido social.

“No se trata de los políticos que están al otro lado de la calle. No tiene que ver con los grande discursos que damos. Esto va de las vidas, las vidas de mucha gente a lo largo de este país que dependen de nosotros para que hagamos lo correcto”, dijo por su parte Durbin, coautor de la citada ley.

Además de los representantes legislativos, también estuvo presente el exgobernador de Maryland Martin O’Malley, conocido por sus políticas de integración migratoria; así como Janet Murguía, presidenta de la organización latina UnidosUS; y el presidente de la prestigiosa Universidad de Georgetown, John DeGioia.

Así, “soñadores” y activistas continúan presionando al Capitolio en las vísperas navideñas con la esperanza de que sea aprobada la ley antes de que concluya 2017, ya que argumentan que con las elecciones legislativas del próximo año, sus prioridades serán otras.

Algunos demócratas han propuesto supeditar la aprobación de los fondos federales, que deben concretarse antes del día 22 de diciembre para no incurrir en un cierre parcial del Gobierno, a la aprobación del “Dream Act”.

Pero el liderazgo republicano lo ha tachado de “ridículo”, ya que a su juicio no es tanta la urgencia porque, hasta marzo, todavía tienen tres meses de plazo.