SAN DIEGO, CA.- Un indocumentado, padre de un joven con autismo, fue deportado hoy a México pese a los esfuerzos de una campaña en internet que reunió más de 30.000 firmas en la que que se solicitaba que el inmigrante permaneciera en el país.
Gastón Cazares Rodríguez, que residía en San Diego, California, desde hace casi 30 años, se presentó hoy ante las autoridades de inmigración con esperanza de poder continuar en el país con un permiso humanitario dada la condición de su hijo.
Menos de una hora después de que ingresó a las oficinas federales, y pese a que su equipo legal llevaba una solicitud para que se aplicara la ley de manera humanitaria, las autoridades procedieron a su deportación y lo transportaron a la frontera en un vehículo particular.
“Gastón está en México en este momento”, confirmó a Efe su abogado, Jan Joseph Bejar. “No quisieron que hubiera ningún tipo de manifestación, no quisieron que nadie protestara, no quisieron nada. Simplemente lo tomaron, lo subieron en un coche sin marcas, no una patrulla y lo sacaron directamente a México”, agregó.
Ante de que ingresara al edificio federal, el mexicano estuvo acompañado por su familia y decenas de llegados y activistas que se reunieron en el sitio para expresarle su apoyo.
“Esta es mi casa”, dijo a la estación local NBC 7 este padre de familia de dos ciudadanos estadounidenses, antes de entrar a la que fue su última cita con las autoridades de inmigración.
En 1998, Cazares Rodríguez salió del país para visitar a sus padres en México y fue interceptado cuando intentó regresar sin documentos a través de la garita de San Ysidro.
Dado que tenía familia en California, encontró la forma de regresar pero en 2011 fue detenido en una redada que se realizó en el restaurante en donde trabajaba. Las autoridades de Inmigración le permitieron seguir en el país debido a que tiene un hijo con autismo, hoy de 15 años de edad, que requiere la presencia de su padre.
“El muchacho depende emocionalmente de su padre, que es quien lo ayuda a salir adelante”, mencionó el abogado. “No me cabe la más mínima duda que siendo una persona con autismo va a pagar las consecuencias”, añadió.
Desde su detención en 2011, Gastón Cazares se reportaba de manera rutinaria ante oficiales de Inmigración, quienes les extendían el permiso para continuar en el país.
Esto cambió con la entrada del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien desde su campaña insinúo que no habría excepciones en procesos de deportación, contrario a lo visto durante la gestión de Barack Obama, cuando se dio prioridad a quienes habían cometido delitos graves.
Cazares, que carecía de antecedentes criminales y era muy activo en su comunidad, tuvo como única ofensa “salir a ver a sus padres”, según señaló su abogado.