Ciudad de México, MX.- El Gobierno mexicano debe aplicar un “plan de emergencia” para las caravanas migrantes, un fenómeno que no ha atendido con celeridad obligando a las autoridades locales e instituciones privadas a redoblar esfuerzos ante esta crisis humanitaria, denunció la ONG Sin Fronteras.
“El fenómeno tendría que haber activado un plan de emergencia, como cuando hay huracanes o sismos, y por ello hicimos una solicitud a la Secretaría de Gobernación. (…) Hay miles de personas en la intemperie”, dijo el sábado 17 en una entrevista con Efe Ana Saiz, directora de esta ONG, que atiende a unos mil migrantes al año en Ciudad de México.
Desde hace aproximadamente un mes miles de migrantes centroamericanos atraviesan México para tratar de llegar a Estados Unidos, en un movimiento, un “desplazamiento forzoso”, que ha puesto en jaque a Gobiernos y tensado la relación con Estados Unidos.
No obstante, de acuerdo con esta ONG, que ofrece ayuda integral a familias migrantes desde 1996, el Gobierno mexicano del presidente Enrique Peña Nieto ha sido negligente, “recargando en gobiernos municipales y estatales” la ayuda recibida por los migrantes a lo largo de este peligroso periplo.
“Si no ha sido para mandar policías, helicópteros con gas pimienta, no ha hecho otra cosa. Y creemos que hay una obligación de Estado” en atender el problema, redundó Saiz, en referencia a varios altercados acontecidos en la frontera sur, entre México y Guatemala, para frenar las caravanas.
Si bien las cifras bailan, se calcula que alrededor de 9.000 migrantes integran actualmente las cuatro caravanas que buscan llegar a Tijuana, donde ya miles de ellos esperan poder solicitar la condición de asilo en Estados Unidos.
Un trámite que, al menos en este punto fronterizo, está desbordado, por lo que podría alargarse meses.
Paralelamente, el Gobierno mexicano anunció el plan “Estás en tu casa” para facilitar la petición de refugio a los migrantes que se queden en el sur de México -Chiapas y Oaxaca- y entretanto ofrecerles atención médica, escolarización e incluso trabajo temporal.
Esta medida, en apariencia positiva y a la que se habrían adherido más de 3.000 personas, es para la ONG “incluso regresiva, una trampa” porque es poco clara, parece “limitar la movilidad” y en esencia, recoge unos derechos que ya se contemplaban en la ley.
Según sus cálculos, un 15 % de quienes buscan cumplir el sueño americano renuncia. Ya sea porque piden la repatriación por la dureza del periplo o porque consiguen trabajo o tienen familia en México.
México es parte de la Declaración de Cartagena Sobre Refugiados (1984) que establece, de manera vinculante en el país porque así lo recoge la ley, que pueden solicitar asilo por temor a la situación de violencia en su país de origen.
En estas caravanas, añadió Saiz, hay “flujos mixtos”. Gente que huye por la pobreza, pero también muchos otros con un componente violento, incluso intrafamiliar, detrás.
Pese a las bondades del sistema según la legislación, en México el organismo encargado, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) está “totalmente colapsado” con un retraso de más del 50 % y un aumento sustancial año con año.
De acuerdo con datos proporcionados por la ONG, de las 30.249 solicitudes de asilo desde el inicio del mandato de Peña Nieto, a finales del 2012, solo 6.821 personas fueron reconocidas como tal.
“México concede muy poco. El porcentaje de éxito es bajo”, lamentó Saiz.
Ante la difícil situación de las caravanas, un fenómeno que podría seguir produciéndose porque da seguridad a los migrantes en su peligroso camino, Saiz alertó del aumento de la xenofobia en México, visible en Tijuana, donde ya se han manifestado en contra de los migrantes.